martes, 11 de enero de 2011

La defensa de Assange teme que EEUU lo ejecute o lo envíe a Guantánamo

JUSTICIA | El fundador de WikiLeaks mantiene su inocencia

Assange, rodeado por sus abogado Mark Stephens y Jennifer Robinson.| Afp

Assange, rodeado por sus abogado Mark Stephens y Jennifer Robinson.| Afp

  • Su extradición a Suecia se decidirá en febrero

La Justicia británica no decidirá sobre la extradición de Julian Assange hasta principios de febrero. Pero los abogados del australiano han hecho públicos sus argumentos para denegarla. Son siete puntos que desarrollan en un documento de 35 folios que se puede consultar en Internet y que son la base de su estrategia de defensa.

El argumento más llamativo invoca los derechos humanos de Assange, que según sus letrados corre el peligro de "ser detenido en la base de Guantánamo en cualquier otra parte en condiciones que violarían el Convenio Europeo de Derechos Humanos". "Si Assange fuera entregado a EEUU", explica el escrito, "hay un riesgo real de que se le someta a la pena de muerte. Es bien conocido que figuras importantes han insinuado e incluso declarado que debe ser ejecutado".

Los letrados dicen también que las acusaciones de abuso sexual son la prueba de que su cliente se enfrenta a una persecución "por sus opiniones políticas" y acusan a la Fiscalía sueca de abusar de los procedimientos judiciales a su alcance para extraditarlo. Según los abogados, encabezados por el australiano Geoffrey Robertson, Suecia nunca debió emitir una orden de arresto contra su cliente, al que no ha procesado y al que busca sólo para interrogarlo.

Aseguran que lo correcto habría sido que la fiscal sueca Marianne Ny se desplazara al Reino Unido para el interrogatorio. Y no porque la legislación europea no permita el uso de una orden de arresto para interrogar a una persona sino porque extraditar sólo a personas procesadas "es un principio bien establecido" de la legislación británica.

Cambio en su libertad condicional

Es un dilema muy similar al que se planteó en el caso del etarra Iñaki de Juana, al que España quería extraditar para interrogarlo por un delito de enaltecimiento del terrorismo. Entonces el juez Thomas Burgess falló en favor de la Justicia española antes de que el terrorista desapareciera.

La vista de este martes se presumía breve y lo fue. Pero se celebró lejos de los juzgados de Westminster, demasiado pequeños para absorber la marea de periodistas. El juez confirmó las fechas de la vista de extradición de Julian Assange, que se celebrará el 7 y el 8 de febrero en el mismo edificio: los juzgados de Belmarsh en el sureste de Londres. También retocó los requisitos de la libertad condicional del australiano.

El más importante, que podrá dormir en una de las habitaciones del Frontline Club de Londres: el lugar donde se alojó en los días que precedieron a su detención a principios de diciembre del año pasado.

El Frontline es un club de periodistas situado en los aledaños de la estación de Paddington y su fundador es Vaughan Smith: reportero de guerra y oficial del Ejército británico. Desde que un juez decretara su libertad condicional, Smith es el anfitrión de Assange, que ha pasado las Navidades en su finca de Ellingham Hall: un caserón georgiano que se suele alquilar a los cazadores.

Famosos

A la vista asistieron algunos de los famosos que respaldan a Assange. Por ejemplo, Bianca Jagger, enfundada en un traje de leopardo. O la millonaria Jemima Khan, que se llevó a su hijastro con propósitos instructivos. Los abogados del fundador de WikiLeaks anunciaron que harán público su argumentario en las próximas horas y agradecieron las muestras de apoyo que han recibido durante el periodo navideño.

Al término de la vista, Assange hizo una declaración breve ante los periodistas: "Estamos contentos con el resultado de hoy. Nuestro trabajo con WikiLeaks continúa en pie y estamos acelerando la publicación de los telegramas".

Assange se ha quejado en las últimas horas de que WikiLeaks pierde unos 480.000 euros por semana. Una forma de justificar su decisión de vender sus memorias por una cifra que rozará 1,3 millones de euros.

Al australiano se le acusa de cuatro delitos sexuales. Entre ellos, uno de violación. Sus presuntas víctimas son Anna Ardin y Sofia Wilen: dos mujeres que Assange conoció en Suecia en agosto y con las que según él mantuvo relaciones sexuales de mutuo acuerdo. La versión de la Fiscalía sueca es bien distinta: asegura que a una la violó y a otra la penetró sin condón mientras dormía.

A las presuntas víctimas se las ha acusado en los foros digitales de actuar por despecho y de ser un instrumento del Pentágono. Dos extremos de los que se quejó su abogado sueco en las páginas del diario 'The Guardian' pidiendo respeto para sus clientas y para el sistema judicial de su país.

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