martes, 25 de enero de 2011

Help!



Francisco Rodríguez
Francisco Rodríguez

January 25, 2011

Una sola cosa habrá que reconocerle a Felipe Calderón: que, al menos, está consciente de sus no pocas limitaciones y de sus muchas incapacidades. Sólo así puede entenderse su actitud entreguista ante funcionarios del gobierno estadounidense, a quienes prácticamente ha pedido que vengan a solucionarle los problemas de inseguridad que la Nación vive desde que él le declaró la guerra a la delincuencia organizada.

Ha sido gracias a Wikileaks que, a través del diario hispano El País, nos hemos enterado este fin de semana de su petición a la señora Janet Napolitano de poner orden y pacificar a Ciudad Juárez.

También de la –podría decirse– “patriótica” respuesta de la secretaria del Interior del gobierno de Barack Obama, señalando que sus agencias de espionaje podían identificar los objetivos criminales a atacar, pero el despliegue militar y policial “capaz de supervisar todos los bloques de viviendas” debía corresponder a México.

¡Sopas, Felipe!

Habría sucedido lo anterior, de acuerdo a la minuta de la reunión entre Calderón y Napolitano elaborado por el embajador Carlos Pascual, poco después de que la jefa de éste, Hillary Clinton, preguntara al mismo sobre la personalidad de Calderón. Sí éste era un líder o un mero gerente, o como es que el ocupante de Los Pinos se relaja o se quita el estrés.

Como Miramón y Mejía, en su momento, Calderón abrió en ese momento –y quién sabe en cuántos otros más– las puertas a la intervención de extranjeros en asuntos domésticos.

Paradójicamente, el fallido ocupante de Los Pinos quiere a los gringos solucionando los problemas de México, pero son los propios estadounidenses quienes se niegan a intervenir… abiertamente, al menos.

Porque, en otros cables de la embajada de EU en México al Departamento de Estado conocidos asimismo este fin de semana, también se hace público que la fallida Administración permite que agentes policíacos estadounidenses interroguen a migrantes latinoamericanos en centros de detención dentro del territorio mexicano: “El CISEN, que es nuestro principal interlocutor en la lucha antiterrorista, ha permitido a funcionarios del Gobierno de EE UU entrevistar a los extranjeros detenidos en los diferentes centros de detención desplegados por todo el país para recabar potencial información sobre terrorismo”, puede leerse en el cable publicado en El País, uno de los diarios a los que Julian Assange confió la divulgación de los cables llegados al Departamento de Estado de prácticamente todas sus legaciones “diplomáticas”.

¿Qué habrá respondido Pascual a las preguntas de Clinton sobre la personalidad, conducta, hábitos del ocupante de Los Pinos?

¿Ya lo tienen medido?

Como la mayoría de los mexicanos que ahora mismo desaprueban su gestión –un promedio de 46% en 2010, de acuerdo a Consulta-Mitofsky–, ¿ya preveían la actitud facilona, entreguista, de quien se muestra incapaz de solucionar un problema que él mismo exacerbó?

Alguna vez, de visita en México, el entonces primer ministro canadiense Brian Mulroney advirtió que nuestro país debería entender que en los nuevos tiempos la independencia se cambiaba por interdependencia. Y aunque es doloroso, se entiende, claro.

Pero de la interdependencia a la dependencia que planteó Calderón a Napolitano en aquella reunión reseñada por Carlos Pascual, hay una gran diferencia. Y esa no es otra que la de las luchas que el pueblo mexicano ha dado desde el Siglo XIX para ser una Nación independiente, sí, pero sobre todo soberana.

Enterarse de que Felipe Calderón es entreguista, no es ninguna sorpresa.

Tal es una característica de las derechas políticas, conservadoras y, además, incapaces.

Si este escribidor fuese cartonista o “monero”, la colaboración de hoy colocaría a un pequeño Calderón, ahogándose en un charco de sangre, gritándole “Help!”, a una desdeñosa señora Napolitano que le respondería –otro clásico de las derechas políticas– “¿Y yo por qué?.

Índice Político: A todos nos ha sucedido o nos puede suceder. Me refiero a la falsa información publicada el domingo anterior por el maestro Miguel Ángel Granados Chapa, sobre la supuesta venta de Iusacell a Grupo Televisa. Lo malinformó su fuente. Y no, no hay venta. Por el contrario, “Iusacell subraya que no se desistirá de ningún amparo contra la ampliamente cuestionada licitación 21 que favorece a Nextel. Iusacell continuará señalando las múltiples y graves irregularidades de la licitación 21 que hoy, Congreso, opinión pública y especialistas coinciden en que fue diseñada para favorecer a una empresa extranjera que paga mucho por su espectro en otros países, como lo hizo por ejemplo en Brasil donde erogó 800 millones de dólares, mientras aquí sólo pagó 180 millones de pesos.” + + + Mis condolencias por la muerte de un gran mexicano, el Obispo emérito don Samuel Ruiz.

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