Gregorio Ortega Molina
Considerar que lo que hoy sucede en Guerrero es nuevo, cae en el terreno de la ingenuidad. Una de las contradictorias ventajas de lo que México ha avanzado para convertirse en sociedad abierta, es la confrontación abrupta con la realidad. Mientras el autoritarismo mantiene a la sociedad adormecida, la transparencia, la información nos enfrenta con la responsabilidad o irresponsabilidad del ejercicio de la libertad.
Los crímenes violentos en Guerrero no son nuevos. Sí los lugares donde se cometen. Si los 16 degollados hubiesen aparecido en Filo Mayor no hubiera habido escándalo, pero fueron a esparcir los despojos en Acapulco. El episodio de Tlacotepec fue como una pesadilla que resultó imperativo olvidar; lo ocurrido en Aguas Blancas adquirió dimensión política, por ello fue una exigencia social sancionar, decir adiós a Rubén Figueroa Alcocer.
Lo del narcotráfico y el tráfico de dólares, es más bien como una tradición. Permítanme lectores compartir con ustedes lo visto hace algunos años.
“Antes de ir a Colonia Hidalgo regresamos a Ciudad Altamirano. Es día de mercado, la actividad económica es grande, los bancos están cerrados pero las casas de cambio y la tienda Elektra permanecen abiertas los domingos. Tierra Caliente es zona de orfebres, las joyerías son puestos colocados sobre la acera o en el arroyo; los artesanos trabajan el oro a la vista del transeúnte. Hay para todos los gustos, incluso de esas <
“Después recorremos lentamente unas cuadras de la avenida Lázaro Cárdenas, donde están ubicados bancos y casas de cambio, pero donde los cambistas coyotes operan en la calle. Ofrecen mejor tipo de cambio en las transacciones con dólares, todo en efectivo y durante la mayor parte del día.
“La apreciación del doctor Rodrigo Borja es dicha con voz seria, no quiere dejar resquicio para la duda: <
“Mis preguntas son inmediatas: ¿De dónde viene ese dinero y todos los días? ¿Cómo llega el dinero en efectivo? Dice Hugo Arce Norato: <
“Cacicazgo puro, juego político, mala administración, agravios que se reflejan en la voz de los campesinos, en las peticiones, en las quejas. Dignidad herida por el hambre, la ropa que dejó de ser humilde para convertirse en vestido de pobre. Errores del gobierno que pagamos nosotros y pagarán nuestros hijos”.
El recuerdo entumece los sentidos, conduce a la amargura porque persiste la certeza de que nada se ha hecho para modificar las cosas. ¿Buscar una explicación? ¿Dónde? En mi gurú del pesimismo: “El mundo no vive en la mediocridad, sino en la mala desmesura, lo que explica por qué nada ni nadie está en él en su lugar, mientras que, si fuera mediocre, habría alguna proporción en las situaciones y los destinos”. Lo demás, es un mal sueño.
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