viernes, 7 de enero de 2011

El obstructor de reformas

José Luis Camacho Vargas

January 7, 2011

Durante la sesión del Consejo Nacional de Seguridad Pública del 18 de noviembre de 2010, el presidente Felipe Calderón urgió al Senado de la República a aprobar la iniciativa de reforma a cuatro artículos constitucionales mediante la que se busca instaurar el mando único de policías en el orden estatal de la Federación.

Este llamado podría hacer pensar que el Legislativo no hace su trabajo y que es un muro que frena las acciones del Poder Ejecutivo, pero si analizamos lo que verdaderamente sucede podemos deducir que no es así. Muestra de ello es que la iniciativa presidencial en comento fue enviada el 7 de octubre pasado al Congreso, es decir, el presidente Calderón pretende que una medida que ha despertado la inquietud entre presidentes municipales, especialistas y legisladores y que trastocaría radicalmente la Constitución, sea aprobada en unos cuantos días de análisis en las comisiones de Puntos Constitucionales, Estudios Legislativos y Seguridad Pública del Senado, lo cual resulta imposible en una democracia con un Poder Legislativo plural.

Y no es que el Congreso no esté aprobando las propuestas del Ejecutivo, sino todo lo contrario, vemos que en los hechos resultan prioritarias para los grupos parlamentarios y son analizadas a profundidad, consecuencia de ello es que ninguna ha pasado intacta la lupa legislativa. Del 1 de diciembre de 2006 al 18 de noviembre pasado, el Ejecutivo federal había enviado 103 iniciativas de ley o decreto, de las cuales el 66.9% (69) ya han sido aprobadas y publicadas en el Diario Oficial de la Federación, mientras que el 22.3% (23) se encuentran siendo dictaminadas en comisiones, 9.7% (10) ya están dictaminadas a punto de ser presentadas al pleno camaral respectivo y sólo el 0.97% (1) de lo presentado por el Presidente de la República ha sido desechado, lo que habla de un Poder Legislativo que, sin contar con la mayoría del partido político al que pertenece el jefe de estado mexicano, atiende y prioriza las necesidades que le expresa el órgano ejecutor de la nación.

Por ello el desconocimiento presidencial resulta inexplicable, ya que si de algo nos preciábamos aquellos que conocimos a Felipe Calderón como diputado, era que arribaba al Poder Ejecutivo un hombre con pleno conocimiento legislativo y por lo tanto, respetuoso de las formas y tiempos del Congreso, lo cual tampoco se ha cumplido.

A este análisis se suma lo señalado esta semana por el senador Manlio Fabio Beltrones Rivera, presidente del Senado, en el sentido que el Ejecutivo federal es un ignorante en la aplicación de las leyes y ello impide traducir en los hechos las reformas y nuevas leyes que se aprueban en el Poder Legislativo federal.

Este señalamiento ameritaba una respuesta contundente por parte de la Secretaría de Gobernación, dependencia responsable de conducir la relación Ejecutivo-Legislativo, pero en su lugar tuvo lugar una respuesta insuficiente por parte del PAN.

Lo que ha hecho el sonorense es poner en evidencia una situación que ha sido advertida por juristas y académicos, en el sentido que el presidente y sus colaboradores son incapaces de gobernar y ejecutar los mandatos del Legislativo, lo que se ha traducido en el envío a destajo de iniciativas presidenciales sin ton ni son y en señalar a los legisladores como culpables de algo que es responsabilidad del Presidente de la República, como lo es la aplicación de la norma.

De ser exacta la apreciación del presidente del Senado, se estaría frente a una peligrosa incapacidad por parte de Felipe Calderón para gobernar, quien a diferencia de lo que anteriormente se señalaba, en el sentido de que el presidente mandaba y gobernaba, hoy resulta que obstruye y boicotea.

Por los corrillos…

El martes pasado, el gobierno federal señaló que durante los recientes cuatro años se han creado un millón 36 mil 928 empleos, destacando que ha sido la cifra más alta de los últimos 14 años. Sin embargo, se deja fuera una variable que modifica ese panorama que a simple vista parecería positivo: el 70% de esos empleos son la recuperación de los casi 800 mil puestos de trabajo destruidos durante la crisis de 2009, es decir, en lo que va del sexenio sólo se han creado 306 mil 580 nuevas plazas de trabajo. Un balance poco positivo con base en los datos del Consejo Nacional de Población, que estima que en México cada año ingresan a la Población Económicamente Activa aproximadamente 800 mil personas. Ante este reto, me parece que el gobierno federal carece de sólidas políticas públicas que fomenten la creación de empleos, muestra de ello es la baja expectativa de crear sólo 800 mil plazas más de aquí al 2012… Alarmante resulta saber que el 57.5% de los mexicanos considera que los científicos son peligrosos, lo cual es resultado de la falta de políticas públicas que incentiven la generación de conocimiento y la innovación… Centroamérica, un polvorín. De acuerdo que una investigación del embajador mexicano Jorge Montaño, la región ha dejado atrás los cuartelazos y golpes de estado para dar lugar a uno nuevo: el crimen organizado que a través de grupos como los zetas se apoderan de territorios y enfrentan a los gobiernos en su intento por traficar drogas y armas. Ante esa realidad, el gobierno mexicano carece de cualquier tipo de política de cooperación con los siete países que integran esta región… La violencia de Ciudad Juárez, Chihuahua, se asemeja a la de Afganistán, advierte el ex zar antidrogas de Estados Unidos, Barry McCaffrey.

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