miércoles, 5 de enero de 2011

Carta de un reportero a los Reyes Magos


México se mantiene, junto con Pakistán, entre los países con más periodistas muertos.

Por Israel Roldán

Se lo pedí a Santa. Celebro que no haya atendido mi solicitud, pues será más oportuno como regalo para comenzar el 2011. Me olvido de tantas cosas materiales porque no estamos como para despilfarros y mucho menos en el gremio periodístico.

Me distraigo de mi actividad reporteril para aclararles que ni oro, ni incienso o mirra serán aceptados. Los reclamos van a nombre de los colegas. Cuesta trabajo decidir cuáles porque son muchas las carencias observadas en el año por el ejercicio periodístico.

En un trabajo de conciencia habría que inclinarse por tres regalos: capacidad para que medios de comunicación se pongan de acuerdo y definan criterios sobre la transmisión de contenidos elaborados y difundidos por el crimen organizado; talento para lograr organizarse y reclamar –esta vez en serio– mayor protección para el ejercicio informativo; y verdadero compromiso para evitar arrebatos noticiosos motivados por la reclamada inmediatez.

Son urgentes. Sean bondadosos. No deben esperar un año más.

Si en enero pasado los hubieran concedido –cuando también se los pedí–, en 2010 se habrían evitado tantos titulares del narcotráfico, fotografías de narcomantas o decapitados colgando de puentes, siempre destacados en portadas y en horarios prime time de la televisión.

Quizá se hubiera superado el recelo entre editores que a finales de julio pasado eran sometidos por un grupo delictivo que secuestró en Durango a tres reporteros para obligar a sus medios a ceder a la petición de publicar y difundir tres videos con narcomensajes.

Entonces habría sido innecesaria la presencia en México de la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Organización de Estados Americanos o de la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión y Opinión de la ONU que coincidieron en manifestar su preocupación por el uso de la prensa como rehén de bandas criminales.

Hubieran contribuido a la adopción de políticas para la cobertura de secuestros.

Señores Reyes Magos, de haber sido oportunos con siquiera uno de esos regalos, en agosto pasado, cuando los periodistas publicaron cartas dirigidas a la sociedad civil y directivos de medios y marcharon en la ciudad de México, se habría logrado un gremio organizado para exigir mayor protección a los gobiernos para el ejercicio de la labor informativa.

Esa inacción, en buena medida, condujo a que México se mantenga, junto con Pakistán, entre los países con más periodistas muertos (14 en cada uno) en 2010, según el informe anual de Press Emblem Campaign, una organización no gubernamental radicada en Ginebra.

Es más, arrebatos noticiosos –son tantos que hasta escapan de la memoria– se hubiesen evitado.

Con rigor periodístico (http://bit.ly/baAQVH), El Universal o el experimentado José Cárdenas no se hubieran apresurado a difundir la supuesta liberación de Diego Fernández de Cevallos el 27 de noviembre sin que fuera real. “Diego está libre y sano: familia”, publicó esa mañana el rotativo. “Diego, Libre y Sano”, posteó @JoseCardenas1 en su cuenta de Twitter (http://bit.ly/ecexv3) esa misma madrugada.

Ya, en serio, espero el próximo diciembre, con la ayuda de sus regalos, presumir que he borrado de mi libreta de reportero esa interpelación del periodista David Aponte tomada de su pausada columna Contrafujo titulada “¡Qué nos den por reporteros muertos” (http://bit.ly/9Whq3U) del portal www.ejecentral.com.mx publicada el 22 de septiembre: “El gremio está totalmente desarticulado, desunido. Todos pelean contra todos, a quién le importa la libertad de expresión en esta feria de egos, a quién le interesa la seguridad de los colegas”.

Israel Roldán es periodista.

israelroldan@hotmail.com

Twitter: @israel_roldan

http://israelroldanperiodista.blogspot.com

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