Conforme aparecen nuevas tecnologías y las adoptamos, es natural que vayamos dejando de usar objetos que fueron muy comunes y útiles en nuestra vida diaria y, que ahora, en el mejor de los caos, sólo forman parte de una colección en un museo, un cajón, o muy probablemente estén a punto de ser un recuerdo.
EL RELOJ DE PULSERA Y EL DESPERTADOR
El tiempo es tal vez la noción más humana, del cual solo los seres humanos conceptualizamos y medimos. Para ello hemos empleado una especie de cinta métrica del tiempo: los relojes, como los de pulsera, que están empezando a ser objetos del pasado.
Las nuevas generaciones cuentan con relojes incluidos en diversos gadgets o dispositivos que les indican la hora. Ahora no tienen un solo reloj, sino que cuentan con uno en sus autos, computadoras, teléfonos móviles, etc. Honestamente contar con un dispositivo más que únicamente les dé hora les está resultando incómodo.
Si bien los relojes de pulsera no van a desaparecer porque tienen un valor adicional por los materiales y diseño de moda o lujo que los componen, sí es cada vez mayor el número de personas que ya no lo usan.
Lo mismo sucede con los relojes despertadores. Muchísimas personas contaban con un reloj cuya única función era despertarlos a determinada hora, e inclusive, existían personas que tenían un segundo despertador portátil para sus viajes. De la misma manera los teléfonos celulares han venido a sustituir a estos aparatos que, literal, ahora forman parte de la memorabilia generacional.
LA AGENDA DE CONTACTOS Y CALENDARIO
Cada día es menor el número de personas que cuentan con una libreta para agendar sus citas y tener sus contactos. Prácticamente éstas dejaron de existir cuando los programas de administración de correo electrónico, tanto residentes como en la nube, incorporaron la función de agendar citas y agregar contactos permitiendo al usuario un uso más eficiente.
Peor aún, las agendas casi desaparecen en su totalidad cuando los mismos teléfonos celulares incluyeron su agenda y listas de contacto y, sobre todo, cuando se empezaron a sincronizar con las computadoras.
Así, hoy en día quien tiene una agenda es porque se la obsequiaron de Navidad o Año Nuevo como producto promocional de algún evento o empresa y no porque la hayan comprado.
EL FAX
A pesar de que fue un avance tecnológico muy importante en su época, actualmente el fax es poco recurrido. Con la aparición y uso masivo de los scanners y el correo electrónico, los faxes quedaron en segundo plano y la tendencia es que en el mediano plazo desaparezcan totalmente. Lo curioso de los faxes es que a pesar de que su uso va disminuyendo constantemente, las personas siguen asignando líneas específicas para estos e, incluso, siguen imprimiendo en sus tarjetas de presentación el número del fax y, algunos más, solicitando recibir algunos llenados de formatos sólo por esta vía.
Es importante señalar que, fuera de la exageración que usamos para resaltar los ejemplos anteriores, estos objetos no han desaparecido en su totalidad, sino que se reducirá paulatinamente su utilización, a pesar de que van a permanecer en nuestra cultura por algunos años más.
homotelecom@the-ciu.net / Twitter: @theciu
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