miércoles, 17 de noviembre de 2010

De los pactos con delincuentes…

Opiniones y Comentarios


Julio Ricardo Blanchet Cruz


17 noviembre 2010
jrbc@diariolibertad.org.mx

De nueva cuenta vuelve a aflorar la incongruencia de nuestros gobernantes. Por un lado, Felipe Calderón, muy digno, se niega rotundamente a siquiera a dialogar con los delincuentes, a pesar de que hay un refrán milenario que dice que si no puedes con el enemigo, debes unírtele…

Que fue precisamente lo que hicieron en los EEUU con el asunto de la prohibición del alcohol, allá por los años 20s del Siglo pasado. Y lo que aquí se debería de hacer ante el más que evidente hecho de que su mentada guerra contra de los organizados la va perdiendo de calle (o por goliza, para utilizar las propias palabras del michoacano, a quien, por lo visto y escuchado, eso de las matanzas es un juego)…

Por otro lado, después de todo lo que últimamente se ha sabido del Estado Vaticano, donde su podredumbre interna lo tiene al borde de la septicemia política y del colapso social…

Pues para nadie es un secreto lo de los pederastas, el rompimiento con los Legionarios de Cristo, y lo del atentado en contra de Juan Pablo II, que según declaraciones del propio turco Alí Agca, fue orquestado desde dentro de la “Santa” Sede, por uno de sus principales Cardenales (caveranales no estaría mal aplicado)…

Después de los ataques que han sufrido, no Ebrad, sino el Estado mexicano, por boca de quien, amparado en su senilidad, se comporta como un bravucón pedestre que responde al nombre de Juan Sandoval Iñiguez…

Todavía nuestros políticos se toman el atrevimiento de invitar a sus Informes de Gobierno (puras mentiras, dicho sea de paso) a los charlatanes locales, los obispos, como lo hiciera Fidel Herrera Beltrán, quien sentó al espía vaticano en primera fila durante su último Informe, mostrándole consideraciones que el individuo evidentemente no merece…

Pero deja en claro que dios los hace y ellos se juntan; y que, finalmente, contrario a lo que opina Calderón, sí se puede pactar con la delincuencia…

Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.

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