domingo, 21 de noviembre de 2010

Buscan cambiar clima... pero no cambian el país

México busca un gran pacto mundial contra el cambio climático, pero es incapaz de sacar adelante una ley doméstica contra el calentamiento

Jaime Contreras y Georgina Olson


CIUDAD DE MÉXICO, 21 de noviembre.-El gobierno de México ha asentado que busca lograr acuerdos históricos durante la Cumbre de la ONU sobre Cambio Climático que se realizará en Cancún, en poco más de una semana. Sin embargo, no ha sido capaz de aprobar una ley contra los efectos del calentamiento global que ya afectan al país, pese a que hay cinco iniciativas al respecto.

El día clave para ver si avanza una iniciativa ambiental será el 23 de noviembre, cuando se intentará sacar un predictamen en la Comisión del Medio Ambiente, en el Senado.

México llegará a la cita frío frío

A unos días de la cumbre mundial sobre calentamiento global, en Cancún, evento en el que México impulsa un gran acuerdo que permita reducir las emisiones contaminantes y proteger los ecosistemas, el país se muestra incapaz de sacar adelante su propia ley contra el calentamiento del planeta.

Reticencias, dudas, ignorancia legislativa, intereses partidarios, incluso electorales, juegan en contra de una eventual Ley Contra los Efectos del Cambio Climático en México.

El día clave para ver si avanza esta iniciativa será el 23 de noviembre, cuando los senadores panistas intenten sacar un predictamen en la Comisión del Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca, responsable de procesarla, que encabeza Francisco Agundis, del Partido Verde.

El 23, acepta Agundis, se va a presentar en el Senado este punto ante la comisión. "El dictamen se está elaborando, no está terminado; obviamente porque no se tiene toda la información, no se ha dado espacio o apertura a los sectores interesados en aportar al tema", dijo.

Este legislador, por cierto, hace ver que no es una, sino cinco, las propuestas sobre el tema del cambio climático en el Senado y todas tienen que ser analizadas y puestas a consideración de este grupo integrado por diversos partidos en la cámara alta.

Empero, el presidente de la Comisión de Energía, el priista Francisco Labastida, asegura que hace falta consensar más una iniciativa de esta naturaleza. Hace ver que no pueden tomarse decisiones apresuradas por lo delicado del tema, pues muchos de los cambios que se proyectan no pueden hacerse de la noche a la mañana y tienen que pasar, incluso, por una serie de modificaciones legales locales.

A juicio del senador panista Alberto Cárdenas, impulsor de la iniciativa más avanzada sobre cambio climático, ésta es la agenda "más relevante, de mayor peso, de mayor impacto, prácticamente en todas sus vertientes, económico, social, ambiental, educativa, de crecimiento, inflación, de generación de empleos (y por ende) de freno al crecimiento económico".

Por todas las implicaciones que tiene, la del cambio climático es "una agenda muy amplia que requiere, merece, necesita un buen marco jurídico", dice el impulsor de esta reforma.

Bajo esa tesis, reflexiona Cárdenas Jiménez, "hemos construido una iniciativa que desde hace ocho meses la hemos estado corriendo en toda la República" y se ha consultado, se ufana, a la academia, al sector privado, a las comunidades indígenas, a los jóvenes, los universitarios, los gobiernos estatales y los alcaldes.

"Con todos hemos puesto las cartas arriba de la mesa, para construir una buena ley. Eso nos ha ayudado mucho porque hoy tenemos una ley embarnecida, enriquecida por todos los actores. Ya no le pertenece a algún actor o algún partido", resalta el senador.

En esta tesitura, subraya, ya se ha preparado un predictamen en las semanas anteriores. Confía en que la próxima, el martes 23 para ser exactos, "esperamos tener ya un dictamen prácticamente que se pueda subir al pleno. Y que se delibere ahí".

Reclama Cárdenas a sus pares de todos los partidos que "en el discurso todos dicen que es necesario, y que están de acuerdo, pero a la hora de sacar votos es donde quiero yo apretar lo más que pueda y decir si estamos o no con esta oportunidad".

Y la califica de oportunidad, porque pocos países como México la tiene en la actualidad para crecer, generar empleos, fusiones, lograr pues, empresas verdes. Y aunque no deja de pensar en los obstáculos, al mismo tiempo subraya que "tengo confianza que todos los partidos le den una buena ley a México sobre este asunto".

Ante una pregunta, el jalisciense e ingeniero metido a legislador sostiene que "en donde yo he visto una mayor resistencia es en algunos sectores productivos que tienen ciertos temores de que al aplicar la ley se les va a restar competitividad, se les va reducir su margen de maniobra, de utilidad".

Con todo, prosigue, "hemos demostrado que no es así. Como está planteada la ley es empezar poco a poco a que se aplique ese viejo principio ambiental: el que contamina paga y el que más contamina, más debe pagar".

Denuncian trampa en bonos de carbono

Hace casi dos décadas se creó una idea innovadora: quien reforestara un bosque o iniciara un proyecto de energía eólica y pudiera demostrar que con eso reducía la emisión de dióxido de carbono a la atmósfera, podía vender certificados "por la reducción en la emisión de mil toneladas de CO2", por ejemplo.

Los bonos de carbono empezaron a venderse en Europa y otras regiones, pero su objetivo central de reducir la emisión total de CO2 del planeta, no se ha logrado. ¿Porqué? Básicamente porque no hay un tope a la emisión de CO2 por país, entonces una nación puede comprar bonos de carbono al infinito, pero si su contaminación también crece al infinito, al final la emisión de CO2 no disminuye.

"No ha habido una reducción total en la emisión de dióxido de carbono en el mundo, lo que habido son compensaciones: un país le compra a otro bonos de carbono, pero el país que compra los bonos sigue teniendo el mismo nivel de emisiones de CO2 en su país", dijo a Excélsior Sandra Guzmán, coordinadora de Cambio Climático del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda).

Por su parte, Dolores Rojas Rubio, de Oxfam México destacó que un peligro de los bonos de carbono es que pueden ampliar las desigualdades entre las naciones, "porque un país desarrollado, puede seguirse desarrollando usando las mismas tecnologías y generando las mismas emisiones de CO2, a costa de comprar bonos de carbono".

Para que los bonos cumplan su objetivo de reducir a nivel global la emisión de CO2 es necesario que haya un límite a la cantidad de CO2 que cada país puede emitir, así si una nación se apega a ese límite y además compra bonos de carbono, entonces sí estaría contribuyendo a reducir las emisiones a la atmósfera.

"El peligro es que ahorita no hay topes a la emisión de CO2, ese es el peligro más grande que tiene el mercado de carbono, que mientras todos los países, en este caso China, India, Brasil, México y Sudáfrica que son los principales países donde se desarrollan proyectos, vamos a estar vendiendo y vendiendo bonos y lo que vamos a hacer es que en lugar de reducir emisiones sólo las vamos a reacomodar" dijo Guzmán.

Vendedores

En el mundo hay dos mercados de bonos de carbono: el primero es el del Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL) son bonos certificados por la ONU que se crearon bajo la Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático y el Protocolo de Kioto que entró en vigor en 2005, y está también el mercado flexible de bonos de carbono, que no está certificado por la ONU.

China es el país que tiene el mayor número de proyectos bajo MDL, después está Brasil, la India y México. Uno de los proyectos importantes de MDL en México es el de Manejo de Residuos en Granjas porcícolas en Aguascalientes, Chihuahua, Chiapas, Coahuila, Durango, Michoacán, Querétaro y otros estados.

Hasta mediados del 2007, estos proyectos lograban una reducción en la emisión de dióxido de carbono de 2 millones 507 mil toneladas de CO2, de acuerdo a información del Instituto Nacional de Ecología (INE), están certificados por la ONU y venden bonos por estas cantidades de dióxido de carbono.

Y ¿cómo se logra reducir la emisión de dióxido de carbono en una granja? En principio si se tira el estiércol de los animales de la granja a la tierra, la descomposición de ese estiércol produce gases como el metano y el óxido nitroso que quedan libres en la atmósfera.

Pero si esa misma granja decide mezclar el estiércol con la tierra, en lugar de descomponerse y emitir gases a la atmósfera, el estiércol se convierte en un excelente fertilizante y se evita la emisión de gases, así lo señalan las investigadoras Elena Escalera y Evelia Padilla en el "Estudio sobre Proyectos MDL en Granjas Porcícolas".

Los autores del estudio concluyeron que la inversión de los proyectos MDL en las granjas porcícolas de las regiones: Bajio, Centro y Norte de México se liquidaron con sólo la venta de bonos de carbono.

En ese sentido coinciden con Guzmán, quien considera que el mecanismo de desarrollo limpio fue capaz de aportar recursos adicionales para que algunos sectores pudieran mejorar su tecnología, pero "no ha tenido el potencial necesario para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. La lucha contra el cambio climático que busca la reducción de emisiones no se ha logrado a través del MDL".

Otro de los proyectos mexicanos que fue certificado por la Junta Ejecutiva de MDL de la ONU en octubre del 2009 y que fue impulsado por el Banco Mundial, es el proyecto del Metrobus, en su trayecto de Insurgentes, que fue certificado para vender bonos de carbono.

Además de estos proyectos certificados por la ONU, están los proyectos de emisión de bonos de carbono que operan en el "mercado flexible" un mercado cuya creación fue propuesta por Estados Unidos.

Entre los proyectos más famosos está la emisión de bonos de carbono por protección de bosques en Costa Rica, que ha establecido un sistema de manejo muy eficiente de sus parques nacionales.

Uno de los grandes clientes de Costa Rica en la compra de bonos de carbono ha sido la empresa EQUATOR que en septiembre del 2009 le compró a Costa Rica certificados por la captación de tres millones de toneladas de carbono que le costaron a la empresa 9 millones de dólares.

Dos de los problemas que los especialistas han señalado acerca de los bonos de carbono como los costaricenses, es que no hay seguros contra los incendios forestales y aún no existe un consenso claro sobre cómo medir cuántas toneladas de carbono capta una hectárea de bosque.

Mucho dinero, pocos acuerdos

Hace un año en la fase final de la negociación de la Conferencia de Cambio Climático de la ONU COP-15 en Copenhague, los negociadores cayeron en la cuenta de que saldrían al mundo sin ningún acuerdo. De último momento firmaron el "Acuerdo de Copenhague", donde definían que crearían un fondo de corto plazo de 10 mil millones de dólares anuales y uno de largo plazo de 100 mil millones de dólares, pero no definieron cuánto aportaría cada quien ni qué entidad administraría los fondos.

"El acuerdo de Copenhague fue un pacto político, no es vinculante, no hay nada que comprometa de ninguna forma a que los países desarrollados sí ejecuten los fondos prometidos y, en ese sentido, se espera que en Cancún, por lo menos quede dentro de los mecanismos marco de la COP, es decir, que sea parte de la Conferencia de las Partes y que sea obligatorio", dijo en entrevista con Excélsior, Jorge Villarreal, coordinador de programas de la Fundación Heinrich Böll Stiftung en México.

El fondo de corto plazo o de "arranque rápido" que se empezó a negociar en Copenhague consistía en 10 mil millones de dólares en 2010, y la misma cantidad para 2011 y 2012.

Sandra Guzmán, del Centro Mexicano de Derecho Ambiental, explicó que existe consenso en que estos fondos se aplicarían a tareas urgentes de adaptación al cambio climático, como es la situación de huracanes, inundaciones y a los paises-islas que han ido perdiendo terreno frente al mar.

Actualmente ya existen otros fondos menores para temas de cambio climático, en su mayoría administrados por el Banco Mundial (BM), y una de las posibilidades es que en Cancún se decida que sea el BM el que administre los fondos de corto plazo.

Pero varias ONG no están de acuerdo con eso y verían con mejores ojos que la ONU fuera la administradora de los fondos de "arranque rápido". Para Villarreal una de las desventajas de que el BM operara los fondos de corto, es que en ese banco las transferencias de fondos están más enfocadas a préstamos que a transferencias de dinero.

En cuanto a los fondos de largo plazo, Villarreal consideró que no existen condiciones muy alentadoras para pensar que se podrá llegar a un consenso en Cancún, sobre cómo se van a administrar los fondos de largo plazo.

"Cuando hemos preguntado a los negociadores de los diferentes países te dicen que no hay nada decidido", señaló.

La preocupación entre las organizaciones sociales es que si no se llega a un acuerdo en materia financiera en Cancún, no podrá haber avances en ninguno de los otros tres temas de la negociación: adaptación, reducción de emisiones y transferencia de tecnología.

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