Un puñado de fiscales federales y de agentes del Buró Federal de Investigación, el FBI, ha puesto en jaque a la empresa de clase mundial. En unas semanas, el grupo ha logrado avances significativos en la investigación de los sobornos de la trasnacional suiza ABB y de otra compañía asentada en Estados Unidos a funcionarios de la Comisión Federal de Electricidad, a los “chicos buenos”, como aparecen en los expedientes judiciales de cortes federales en Houston, Texas, y Los Ángeles California.
Los estadounidenses han logrado desenmarañar la red de corrupción que operaba desde Europa, Estados Unidos, Panamá y México. Sin embargo, las autoridades mexicanas no han informado nada de la situación legal del ex director de Operaciones de la compañía estatal, Néstor Moreno Díaz, sobre quien pesan evidencias de recibir miles y miles de dólares a cambio de contratos. Aquí parece no ocurrir nada, mientras el escándalo internacional sube de tono.
El asistente de la fiscalía general, Lanny A. Breuer; el fiscal de Los Ángeles, André Birotte Jr.; el agente especial del FBI de la oficina del FBI en Los Ángeles, Steven M. Martinez, y la agente de asuntos fiscales, Leslie DeMarco, abrieron un proceso contra de dos ciudadanos estadounidenses, Keith E. Lindsey, de 65 años, originario de La Canada, California, y Steve K. Lee, de 60 años, originario de Diamond Bar, California, y Lindsey Manufacturing Company, ubicada en Azusa, California, por servir de intermediarios en los pagos de sobornos a funcionarios de la CFE. Los estadounidenses afrontan hoy ocho cargos criminales, entre ellos lavado de dinero y conspirar para violar la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero. Ellos podrían ser sentenciados a 50 años de prisión. En contraparte, los ex funcionarios mexicanos siguen libres, los acusados de recibir miles y miles de dólares, un Ferrari de casi 300 mil dólares y un yate de 1.8 millones de dólares se pasean por el territorio nacional.
¿Cuál es la ruta de los sobornos que encontraron los fiscales y los investigadores del FBI para colocar las piezas en el entramado de empresas y cuentas bancarias desde Europa, Estados Unidos y México? Estas son las empresas ligadas a este escándalo de sobornos en la Comisión Federal de Electricidad:
Lindsey Manufacturing, dedicada al diseño y fabricación de sistemas de restauración de emergencia para líneas de transmisión eléctrica, con una serie de cuentas bancarias en Estados Unidos y una cartera de clientes, incluida la CFE. Durante seis años, facturó 19 millones de dólares a la Comisión Federal de Electricidad.
La compañía Grupo Internacional de Asesores S.A (Grupo), con sede en México y Panamá y dedicada a las ventas y representación. Grupo mantenía un corredor con Global Financial Services Inc. (Global Financial), ubicada en Houston, Texas, que proveía de servicios de representación a Lindsey Manufacturing, que le pagaba el 30% de comisión por los contratos obtenidos con los funcionarios de la CFE, Néstor Moreno Díaz y Arturo Hernández Álvarez. Las cabezas de Grupo son los mexicanos Enrique Faustino Aguilar Noriega y Ángela María Gómez Aguilar (agentes del FBI detuvieron a la mujer el 10 de agosto de 2010 en la ciudad de Houston y actualmente está sujeta a proceso penal en una corte de Los Ángeles).
Sorvill International S.A. está asentada en Panamá y México, con cuentas bancarias en Alemania y Suiza. Como la empresa Grupo, provee servicios de representación y ventas otras compañías y ha hecho negocios con la CFE. Enrique Faustino Aguilar Noriega y Ángela María Gómez Aguilar aparecen como los propietarios de Sorvill.
Los ilícitos negocios se hacían entre las compañías de los Aguilar y la empresa Lindsey Manufacturing. Los representantes de Lindsey depositaban los sobornos, la “comisión”, a Enrique Aguilar en una cuenta bancaria de Estados Unidos. Los mexicanos recibieron más de cinco millones de dólares en “comisiones”.
Las empresas de los Aguilar se encargaban de pagar los sobornos a los funcionarios de la CFE.
El grupo de fiscales e investigadores del FBI y la oficina de impuestos cuenta con una relación de todas las transferencias bancarias, realizadas desde el primero de agosto de 2002, hasta el 28 de marzo de 2008. Se trata de 30 movimientos por millones de dólares.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos dijo la semana pasada que el gobierno de México está colaborando con la investigación de los sobornos a funcionarios de la CFE. Acá, las autoridades mexicanas no han dicho una sola palabra, a pesar de las evidencias de corrupción en la Comisión de Fraudes Extranjeros. Eso sí, dicen que indagan unos 600 contratos para determinar si hubo corrupción.
Twitter: @apontedavid
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