MÉXICO, 20 de septiembre, 2010.- “Qué es lo que quieren de nosotros, qué es lo que pretenden que publiquemos o dejemos de publicar, para saber a qué atenernos”, preguntó El Diario a las diferentes organizaciones criminales que se disputan la plaza de Ciudad Juárez.
Después de la pérdida de dos de sus empleados, “un quebranto irreparable”, el periódico pidió una tregua al crimen organizado porque ya no quieren más muertos, ni más heridos y tampoco más intimidaciones.
En su editorial, El Diario indicó que así es imposible ejercer su función; sin embargo, esta petición “no es una rendición” ni la claudicación al trabajo que han venido desarrollando quienes se dedican al oficio de informar.
La redacción señaló como una realidad inobjetable que las organizaciones criminales “son, en estos momentos, las autoridades de facto en esta ciudad, porque los mandos instituidos legalmente no han podido hacer nada” para impedir que sus compañeros sigan cayendo.
El rotativo escribió que tras la los asesinatos de Luis Carlos Santiago Orozco y Armando Rodríguez Carreón, se encuentran “demasiado escépticos de que las supuestas autoridades de justicia que están por terminar su mandato entreguen un esclarecimiento confiable”.
Agregó que “frente al vacío de poder”, no existen garantías para ejercer su labor periodística y, a pesar de que sus objetivos y misión de “bien informar a la comunidad siguen siendo los mismos de hace 34 años”, por ahora no hallan sentido en seguir poniendo en riesgo la seguridad de sus trabajadores.
Además, el diario de Ciudad Juárez criticó la estrategia para combatir la inseguridad de Felipe Calderón Hinojosa, presidente de la República.
Recordó que “hace cuatro años y medio, cuando Felipe Calderón Hinojosa aún se hallaba en campaña por la carrera presidencial, acudió a las instalaciones de El Diario para ofrecer una entrevista” donde prometió que su administración ofrecería las garantías “para el buen desarrollo de la libertad de expresión y de sus representantes”.
El texto subrayó que esta guerra contra el crimen organizado se emprendió sin conocer las dimensiones del enemigo ni las consecuencias que podría traer al país, por eso, los periodistas y en general los mexicanos fueron introducidos, sin pedirlo, a esta lucha sin control.
Por último, El Diario enfatizó que “es la secretaria de Educación la que tiene la gran responsabilidad de que los niños que en estos momentos se estén educando, salgan con una mentalidad bien formada para que no sean los delincuentes del mañana”. (El Semanario Agencia, ESA)
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