MÉXICO, 9 de septiembre, 2010.- ¿Acaso el Presidente y el Congreso conocerán la eficiencia del gasto en el sistema educativo? ¿Sabrán si el dinero que destinan para combatir el VIH sirve para combatir la mortandad por este mal?, se pregunta El Semanario en su edición digital de hoy.
Así, sin tener métricas correctas, a partir del 9 de septiembre y hasta la primera quincena de noviembre, los legisladores emprenderán una aventura que se antoja temerosa, infructuosa y, sobre todo, carente de dirección.
Esta será la discusión sobre el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2011, que culminará en la construcción de un paquete sin cimientos sólidos que permitan que el gasto público derive en resultados óptimos.
De esta forma, los congresistas se perderán en el bosque, ya que no disponen de una estructura de evaluación que les permita definir una cuestión elemental: cuánto, cómo y qué resultados deja cada una de las partidas presupuestales. En consecuencia, todo se resolverá por el rejuego político y la discrecionalidad.
“Hay mucha ampliación en la asignación de recursos, pero todo ello queda al margen porque se sigue manejando mal el dinero”, acusa Edna Jaime, directora de la organización México Evalúa.
En pocas palabras, el PEF 2011 será el cuento de nunca acabar, y se caracterizará por el dispendio. ¿Cómo extirpar esta mala práctica?
La administración calderonista, desde sus primeros años de gestión, formuló el sistema llamado “Presupuesto con Base en Resultados”, cuya esencia radicaba precisamente en combatir este modelo de gestión de los recursos públicos, pero los legisladores acusan que los resultados de éste no se conocen.
Por esta razón, no se sabe (ni se sabrá) a ciencia cierta, por ejemplo, si el gasto en educación cumple satisfactoriamente con la apuesta de mejorar los niveles de enseñanza; cuántos proyectos de infraestructura se cayeron por la carencia de factibilidad. En consecuencia, se gasta cuantitativamente, no cualitativamente.
Usted puede leer el texto completo titulado: PEF 2011. Reparto a ciegas, dando un clic, si no está registrado puede hacerlo y así acceder a todo el contenido de El Semanario en su edición digital. (El Semanario Agencia, ESA)
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