viernes, 17 de septiembre de 2010

México da prueba de sus aviones no tripulados en el desfile militar


Por Leonardo Peralta

El desfile del 16 de septiembre estaba en su última parte y pasaba frente a Palacio Nacional el contingente de la Policía Federal cuando, entre los camiones blindados, aparecieron camionetas cargando aviones miniatura. Con la matrícula E1-21, fueron las primeras aeronaves no tripuladas (conocidas como UAV) que muestra en público el gobierno mexicano.

Desde hace un par de años empresas como la mexicana Hydra Technologies y la israelita Elbit Systems han estado surtiendo a las fuerzas de seguridad nacionales con UAV para labores de vigilancia de instalaciones estratégicas, observación y seguimiento de sospechosos, dentro de la estrategia de la presente administración contra el crimen organizado.

Es difícil saber con precisión el tamaño de la flota gubernamental de UAV y los modelos que la componen. En sitios especializados en asuntos militares como www.strategypage.com/htmw/htairfo/articles/20100910.aspx se habla de un par de aeronaves Hermes 450 y una docena de Skylark; ambos modelos producidos por Elbit Systems; mientras que las aeronaves que desfilaron en el desfile podrían ser modelo S4/E Ehécatl, de Hydra Technologies.

Información publicada por el Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI) el pasado agosto reveló que por lo menos la Secretaría de la Defensa Nacional cuenta con una cantidad no determinada de aeronaves Hermes 450.

Ahora bien, ¿para qué sirven estas aeronaves? Su principal función es la de realizar misiones de vigilancia de larga duración, usando cámaras infrarrojas y otros sensores. Al no llevar piloto y ser dirigidas a control remoto, pueden pasar en vuelo hasta 18 horas continuas en altitudes de hasta 5,400 metros. Todo de manera silenciosa y sin poner en peligro vidas humanas.

De acuerdo con las especificaciones de los vehículos y el reporte del IFAI, otras ventajas que poseen son su velocidad de su despliegue, requieriendo sólo un terreno llano para despegar y aterrizar. Por otro lado su operación es muy barata (los modelos Hermes cuestan aproximadamente 4,800 pesos por hora de vuelo) y necesitan apenas un trío de personas en tierra para su operación.

México no es un caso aislado. Ante el creciente costo de compra y mantenimiento de aviones y helicópteros, más países (incluyendo los Estados Unidos) están recurriendo a este tipo de soluciones para vigilancia, y en modelos más avanzados (como el MQ-9 Reaper) para el ataque con misiles en zonas como las montañas de Afganistán.

Sería interesante que el gobierno revelara detalles del papel de estas aeronaves en sus operativos contra el crimen organizado pues no sería raro que las UAV desempeñaran un vital rol en los últimos golpes que el Estado ha asestado a capos y bandas de delincuentes.

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