MÉXICO, 24 de agosto, 2010.- Las iniciativas para combatir las operaciones de dinero ilícitas propuestas por Felipe Calderón Hinojosa, presidente de la República, son propuestas que llegan 20 años tarde, dijo Eduardo Buscaglia, profesor de Derecho y Economía del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).
Durante una entrevista con Carmen Aristegui, Buscaglia explicó que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) a través del Grupo Acción Financiera Internacional (GAFI), al cual pertenece México, planteó desde 1990 una serie de 40 recomendaciones para prevenir casos que tienen que ver con la inseguridad y el lavado de dinero.
Dijo que después, la OCDE sugirió otras 9 medidas para completar un total de 49 propuestas que son las que ahora retoma Calderón. Sólo es una actualización de esas recomendaciones que deben ser lo mínimo que tenga el país.
Agregó que Calderón está presidiendo un Estado fragmentado que no puede controlar porque le pertenece al crimen organizado. Que el presidente de a entender que no tenemos un programa contra el lavado de dinero después los años que lleva en su cargo es una vergüenza nacional.
Él no va a poder implementar esta propuesta antilavado ya que no cuenta con el apoyo de los partidos políticos ni de las autoridades. Tiene que haber más colaboración entre autoridades federales, estatales y municipales; deberían existir unidades de investigación patrimonial para detectar organizaciones criminales o simplemente gente que no paga impuestos.
Buscaglia subrayó que es necesario un acuerdo político para someter a las empresas a un programa de “rayos-X”; que las unidades de investigción se vinculen a la secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) para detectar irregularidades.
Se tienen que poner a trabajar los auditores del SAT y la policía para poder desmantelar a las organizaciones criminales nacionales e internacionales que están en México.
El entrevistado también señaló que las medidas recién propuestas por Calderón y la reunión Diálogo por la Seguridad solamente son parte de “discursitos” y posturas simbólicas que responden a la presión internacional ya que hay organizaciones internacionales que no están dispuestas a cooperar con México por su corrupción.
Finalmente, Buscaglia confesó que la Presidencia lo invitó a participar en el Diálogo; sin embargo, el no aceptó ya que sólo le concedían hablar 15 minutos, lo que considera es una plática superficial y no para ponerse a “chambear”.
Dijo que son convocatorias reactivas más que proactivas ante lo que está sucediendo y llamó a Calderón a trabajar, porque, según él, no hay convicción política, esa que se demuestra con hechos concretos no con discursos mediáticos. (El Semanario Agencia, ESA)
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