lunes, 30 de agosto de 2010

La Escuela de Filosofía enseña a los profesionales a reflexionar y debatir

ELPAIS.com

REPORTAJE: Carreras & capital humano

Respuestas a grandes preguntas

CARMEN SÁNCHEZ-SILVA 29/08/2010



No solo se ponen en marcha nuevos métodos educativos para los pequeños de la casa. También los mayores quieren descubrir conocimientos que en su día pasaron por alto o a los que no dieron continuidad.

Así, mientras que, por ejemplo, Marco Soldi, un experto conferenciante peruano y especialista en materia de liderazgo y motivación, ha lanzado este verano un proyecto piloto bajo la denominación de Young Potential Development (YPD) con el que pretende adiestrar a jóvenes estudiantes, en este caso unos 40 chicos de entre 16 y 17 años de edad, en habilidades que no se incluyen en los planes de estudio convencionales españoles, sino que son propias de las escuelas de negocios internacionales, herramientas tales como el liderazgo, el trabajo en equipo, la gestión del estrés... típicas de los adultos y que los chicos tendrán que utilizar antes o después, "que es para lo que les prepara este curso", afirma, existen otras iniciativas igual de innovadoras y destinadas a personas hechas y derechas de cualquier tipo y condición.

Es el caso de la madrileña Escuela de Filosofía, un centro para adultos creado en 2004 de la mano de Gonzalo Mendoza, un directivo cansado de oír hablar de beneficios y del valor de la acción, y Jorge Úbeda, un profesor de filosofía que impartía clases en un instituto. Ambos decidieron unir sus fuerzas con el objetivo de "acercar la filosofía a la gente de la calle para que deje de estar encerrada en el mundo académico y nos ayude a todos a vivir mejor, que es su vocación", asegura Úbeda.

Y sigue Mendoza: "La idea es enseñar a pararnos y reflexionar. Para que después podamos debatir sobre las preocupaciones de la sociedad de hoy día que las prisas nos impiden abordar". Estos emprendedores quieren ayudar a dar respuesta a las grandes preguntas de la humanidad a través de la filosofía. Y la que más preocupa actualmente, indica Úbeda, es en qué consiste vivir bien.

"En general, todos elaboramos tesis cuya validez no es muy grande porque no están contrastadas y, sin embargo, rigen nuestra vida. Aquí cuestionamos esas creencias y las replanteamos mediante la puesta en común, el diálogo", agrega. "Estos cursos sirven para desarrollar una mente crítica", señalan.

Tras invertir unos 200.000 euros en poner en funcionamiento la Escuela de Filosofía, Mendoza se muestra orgulloso de haber pasado de los 11 alumnos con que inició su andadura el centro a los 80 actuales. Sin embargo, el objetivo es tener más masa crítica, llegar a unos 150 estudiantes. "No me imagino una escuela muy grande porque así perderíamos la proximidad al alumno, que es una de nuestras premisas", dice.

La escuela imparte cursos y seminarios de distinta duración y coste, aunque el objetivo es común a todos ellos: "Reflexionar y discutir sobre los problemas y creencias de los integrantes del grupo, ayudándonos en textos filosóficos de los autores que han desarrollado esos temas. La idea es que los alumnos aprendan a pensar mejor y que su escucha sea activa y empática", explica Mendoza.

El curso estrella de la escuela es el de Historia del pensamiento filosófico, que se prolonga durante dos años, no tiene un programa específico (ya que lo marcan los temas de interés de los alumnos) y el profesor se integra en un grupo que no llega a una decena de estudiantes como si fuera uno de ellos. El precio anual del programa es de unos 4.500 euros. Incluye materiales, tutorías y resúmenes y recapitulaciones de los temas abordados. Así como la participación de profesores invitados, normalmente catedráticos o expertos del contenido que se esté enseñando.

La escuela no tiene vocación elitista, afirma Mendoza mientras repasa el perfil de sus estudiantes: son hombres y mujeres al 50%, su edad media es de 55 años y son profesionales en activo, ejecutivos y empresarios, así como amas de casa y jubilados. -


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