sábado, 21 de agosto de 2010

ECONOMÍA China, al cielo




El tigre asiático ya desbancó a Japón como la segunda economía más sólida del mundo. Ante ello, la pregunta es si repensará su modelo para convivir con el resto del mundo. De momento, no


Al conocerse que en el segundo trimestre del año el ritmo de la actividad económica de Japón se desaceleró a 0.4% anual, la opinión generalizada es que el país nipón ha cedido el paso a China y que éste se apresta a colocarse como la segunda economía más grande del mundo, al cierre de 2010.

De este modo, China está a las puertas de consolidarse como la segunda economía del planeta, ya que según las previsiones del FMI en el conjunto del año su economía alcanzará 5.3 billones de dólares tras crecer 10.5% anual, mientras que la japonesa registrará 4.72 billones.

Para algunos analistas, ésta no es ninguna novedad. Rafael Camarena, analista de Santander, sostiene que el mundo está frente a un evento estadístico esperado, consecuencia de una serie de reformas que ha llevado a cabo el gobierno chino para alcanzar sus objetivos de crecimiento.

Un proceso de apertura económica gradual que no fue resultado del colapso interno del sistema socialista local, sino que fue fruto de una pausada evolución en el marco de una transición regulada políticamente y gracias a la cual hoy China protagoniza el panorama económico global.

¿QUÉ IMPLICACIONES TRAE ESTO?

Luis Flores, analista de IXE, dice que el posicionamiento de China confirma que el conflicto de poder entre este país y EU definirá el rumbo de la economía global. Por su parte, Joel Virgen, de Banamex, manifiesta que ante la actual ralentización de EU, China será el pilar de la recuperación global y está compensando la debilidad de la economía estadounidense.

En números duros, mientras el gobierno de EU ha implementado medidas adicionales para aumentar la liquidez con el fin de apoyar la recuperación de su economía, el gobierno chino debió restringir el crédito para enfriar su economía, y gracias a eso China espera una desaceleración moderada y no un hardlanding que afectaría la recuperación global.

De este modo, sostiene Joel Virgen, en el corto y mediano plazo China y otros países asiáticos seguirán liderando la recuperación global, mientras que sus socios comerciales exportadores de materias primas –como Brasil, Perú y Chile– también resultarán beneficiados. Así, esta nueva conformación global muestra que el nuevo impulso del mundo vendrá del mercado emergente.

¿Pero acaso EU no reaccionará a esta pérdida de control global? Según los analistas, mucho antes de China, la prioridad del gobierno estadounidense es controlar los nuevos riesgos de la desaceleración de su economía; sin embargo, nadie descarta que Barack Obama y el staff económico de EU quite el dedo en el renglón en torno del subvaluado yuan.

El principal reclamo de EU a China respecto a su moneda ha sido que al mantenerla subvaluada es como si diera un subsidio a la competitividad de sus exportaciones. Senadores norteamericanos –como el demócrata Charles E. Schumer– aseguran que el yuan está subvaluado hasta en 40% y argumentan que lo anterior ha hecho que los bienes chinos sean artificialmente baratos en el mercado estadounidense, perjudicando a la industria local, a la vez que sofoca las exportaciones a China y alimenta el gran déficit comercial de EU.

China ha reconocido que tiene sentido económico llegar a un yuan de libre flotación, pero mantiene que sólo hará reformas cuando las condiciones lo permitan, de modo que es muy poco probable que el gobierno chino cambie esta política pues hacerlo causaría un daño significativo a su economía. Aunque según analistas, un yuan más fuerte puede servir a China para reducir su dependencia de las exportaciones como aumentar la capacidad adquisitiva de su población y, por consiguiente, estimular el consumo interno.

¿China podría ser la economía numero uno? Una vez alcanzado el segundo puesto, los analistas creen que la economía china tardará diez años en superar a EU. Un pronóstico que hizo el BM en junio pasado señala que China podría alcanzar a EU en 2020. Entre los factores estructurales que limitan que China pueda convertirse en la primera economía mundial destacan las barreras comerciales, así como la centralización y control de su mercado, su enorme desigualdad y polarización social interna.

Por lo anterior, pese a su crecimiento, el gigante asiático sigue siendo una potencia emergente, ya que los ingresos per cápita en China se sitúan alrededor de los 6,786 dólares, muy por debajo de los 32,638 dólares de Japón o los 45,253 dólares de EU, según las estimaciones del BM.

Esta historia, sin embargo, puede tener otro final: China, concluye Joel Virgen, podría presentar un proceso de cambio político lento y gradual producto de la creciente migración del campo a las ciudades, circunstancia que podría concebir a una nueva generación de ciudadanos que buscarían un régimen democrático.

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