MÉXICO, 30 de julio, 2010.- El año 2009 fue un “annus horribilis” para la economía mexicana. La contracción que sufrió su economía, de 6.5%, fue de las más pronunciadas a nivel planetario, y como es natural, su costo en términos de empleo y pobreza fue brutal.
Ya que Carstens erró en su predicción de que México apenas pescaría un “catarrito” con esta crisis, ahora nos quieren convencer de que, como hicieron muy bien las cosas, la recuperación será tan rápida que, a efectos prácticos, la crisis del año pasado será recordado como un “catarrito”.
Para ocultar los estragos de la infección global, las estadísticas suelen ser una buena herramienta, más si las bases de comparación son muy favorables y se usan con cierta pericia.
Por eso, y como reseña la portada de este número de El Semanario, el presidente Calderón, a unas horas apenas de que terminara la primera mitad del año y casi en víspera de las elecciones a gobernador en 12 estados de México, gritó a los cuatro vientos que durante los primeros seis meses del año se crearon, en términos acumulados, más de medio millón de puestos de trabajo formales, asegurados en el IMSS, los 513,373 del encabezado.
¿Cuántos son 513,373 empleos? Para empezar, hay que aclarar una cosa. El IMSS mide el empleo, que no el desempleo, que no es lo mismo. Es decir, generalmente hay una relación inversa entre ambas variables: a mayor empleo, menos desempleo. Pero si la cadencia de las contrataciones es menor que el ritmo al que aumenta la fuerza laboral, el crecimiento del empleo puede ir acompañado de un aumento en la tasa de desempleo.
Dicho esto, los 513,373 empleos, a primera vista, son muchos. Casi el doble de los 268,791 puestos de trabajo que se destruyeron durante la primera mitad de 2009.
¿Es eso algo anormal? No lo parece: por ejemplo, en la crisis de 1995, el año de la devaluación, el IMSS registró una caída en el número de trabajadores asegurados, diciembre a diciembre, de 819,838. Pues bien, un años después, en 1996, los asegurados se incrementaron en 825,223, más de los perdidos el año previo y el récord del IMSS.
¿Quiere eso decir que en 1996 la situación del mercado laboral estaba plenamente normalizada y se habían reestablecido los niveles previos a la crisis, de 1994? Claramente no. La tasa de desempleo en 1994, de 3.70%, se disparó a 6.2% en 1995 y sólo se redujo en 7 décimas en 1996, a 5.5%.
Ahora sucede un poco lo mismo. Al igual que entonces, pero en menor escala, la economía mexicana se está beneficiando de la caída en el valor del peso y del auge industrial en EU, y partiendo de una base tan deprimida, es normal la rápida generación de empleos en el sector manufacturero exportador. Pero ese ritmo de contratación es insuficiente.
Además, y como se señala en el trabajo de El Semanario, los esfuerzos de fiscalización pueden haber contribuido a la generación de empleos contables, pero no reales. Tal es el caso de la construcción: ¿cómo es posible que en la primera mitad del año se crearan 115,230 empleos, si la construcción se contrajo un 2.4% en la primera mitad del año y la población ocupada en el sector en junio de 2010 fue de 7.41% de la fuerza laboral, el porcentaje más bajo desde que empieza la serie en el 2005?.
De modo que los empleos “reales” que se han generado durante la primera mitad de este año son menos que los realmente contabilizados. Entre los empleos perdidos, el aumento de la población subocupada, la entrada de nuevos trabajadores por la dinámica poblacional, y el encarecimiento de los precios de los alimentos, la pobreza en México se ha incrementado durante la crisis en 5.8 millones de mexicanos.
Ahora bien, el gobierno presume en foros nacionales y foráneos que se hicieron bien las cosas, que gracias a la disciplina fiscal hay confianza en el país: ¿pero para qué sirve esa confianza si no se logró evitar tal desastre que llevará años reparar, más si la economía de EU empieza a renquear?
En América Latina, la pobreza se incrementó en 10 millones durante la crisis, por lo que México aportó el 58% de los pobres de la región. Podrán decir que México también es un país mucho más habitado. Pero contra eso se puede replicar que su población no representa ni el 20% del total de la región y Brasil casi cuenta con 200 millones. Entonces, Calderón, 513,373 empleos…¿Y?. (El Semanario Agencia, ESA)
No hay comentarios:
Publicar un comentario