jueves, 29 de julio de 2010

SECRETARÍA DE ECONOMÍA Sin rumbo


SECRETARÍA DE ECONOMÍA
Sin rumbo



Por el cúmulo de objetivos que carga tendría que ser una supersecretaría, pero carece de una ruta de trabajo para impulsar el crecimiento económico y apoyar al sector privado


Un edificio con más de 30 pisos se erige en uno de los costados de la colonia Hipódromo Condesa, en la Ciudad de México. Éste alberga la cartera que tiene la misión de trazar las políticas públicas y programas orientados a crear más y mejores empleos, empresas y emprendedores. Pero en el trabajo del día a día es un monstruo de mil cabezas perdido en su propio laberinto.

Ésta es la Secretaría de Economía (SE), que es descrita por los analistas como una esfera de la administración pública federal que, más allá de ser manejada por mentes brillantes, necesita replantear sus objetivos y, si es necesario, delegar en otros despachos algunas de las facultades que hoy detenta (consultar recuadro).

De esta manera, los expertos sentencian: la SE –que recientemente registró un cambio de mandos por instrucciones de la Presidencia de la República– no podrá brillar, destacar y alcanzar sus metas, porque perdió la brújula, lo que quiere decir que no tiene un proyecto de trabajo para activar la transformación económica que tanto se necesita.

“La SE pareciera estar centrada en un discurso donde sólo pretende crear chambas y pregonar que eso es crear empleos. Tampoco se ve la receta para apoyar, sin distingos, a todos los sectores productivos. No se ve el papel transformador que plantea la SE”, acusa Armando Chacón, director de Proyectos de Investigación del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).

“Esta cartera no está facilitando la actividad de los sectores productivos en pro de la competitividad. Para cambiar su suerte, tiene que suprimir funciones porque se dedica a todo y a nada”, complementa Sergio Raimond-Kedilhac Navarro, catedrático del Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas (IPADE).

La historia de la SE, cuentan las fuentes consultadas, dio un giro de 180 grados en un santiamén. Hace unos años, particularmente en la década de los 90, fue una de las protagonistas para que México se abriera comercialmente e integrara la economía nacional a la globalización. En aquel entonces, añaden, sembró iniciativas importantes para adelgazar, por ejemplo, la estructura burocrática del gobierno. Pero todo se lo llevó el viento.

Ahora, acusan los expertos, la misión de la SE no está del todo clara por el modelo de gestión que se ha ejecutado y está motivado, principalmente, en atender la coyuntura, nada más. Según el círculo rojo, la SE actúa en el vacío y, en cierta medida, pregona el proteccionismo, pues en su agenda está proteger a las empresas, no por convicción, sino por presión de muchos sectores. “Eso da lugar a una relación clientelar, ya que la secretaría acaba cediendo a estas presiones y a la negociación política”, sostiene una de las fuentes.

Y los episodios que dan cuenta de esta circunstancia están a la vista. En algún escritorio de la SE están perdidos varios expedientes que en su momento fueron parte del debate nacional, pero ahora están bajo reserva. De estos destacan dos: la apuesta de regularizar las cuotas con China, que actuó de manera autoritaria y unilateral en la materia; así como su pronunciamiento que se desvaneció en torno de las acciones colectivas, donde la SE ha asumido un tímido papel.

Bajo este panorama, y más allá de la pericia que tenga su staff, la SE no sólo necesita una agenda de trabajo, sino consistencia para llevarla a cabo. “Se requiere de un proyecto que vaya al grano. Sin duda, una agenda de promoción de México es necesaria, pero los problemas de la economía no se van a resolver con comerciales. Se necesitan decisiones firmes”, apunta Armando Chacón.

Una cosa más: repensar la apertura comercial, que hoy se juzga como si ya fuera un hecho, cuando ciertamente México está muy rezagado frente a otros países. Así, urge una agenda que promueva la economía mexicana, pero que sea transversal y que no sólo apoye a un sector en particular. “Si esto no sucede, los sectores jamás podrán despegar”, concluye Sergio Raimond-Kedilhac.


ESTRUCTURA OBESA

El despacho que preside Bruno Ferrari tiene bajo sus márgenes de maniobra un sinnúmero de misiones. En algunos casos, dicen los expertos, sus funciones son compartidas con otras carteras, como la SHCP y el propio Banxico, provocando que pierda rumbo.

Fomenta el comercio exterior; estudia, proyecta y determina los aranceles y precios oficiales, así como la fijación de criterios para el establecimiento de los estímulos fiscales para el fomento industrial. Además, regula, orienta y estimula las medidas de protección al consumidor; organiza y registra la propiedad industrial y mercantil, al mismo tiempo que orienta la inversión extranjera y la transferencia de tecnología.

También establece y vigila las normas de calidad, pesos y medidas para el desarrollo de la actividad comercial, junto con las normas y especificaciones de carácter industrial.

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