miércoles, 28 de julio de 2010

MÉXICO, EN LA LISTA DE PAÍSES PELIGROSOS

El Semanario, Opinion

El incremento de la violencia ha resultado en la inclusión de México en la nada envidiable lista de países de alto riesgo para el personal diplomático estadounidense. Luego de los asesinatos en Ciudad Juárez de personas vinculadas al Consulado de EU, la Secretaria de Estado, Hillary Clinton, designó a seis ciudades fronterizas –Ciudad Juárez, Matamoros, Monterrey, Nogales, Nuevo Laredo y Tijuana– “puestos de paga peligrosa” (danger pay posts), lo que autoriza a los empleados federales estadounidenses en esas plazas a percibir remuneraciones extras equivalentes a 15% de sus compensaciones básicas para mitigar el peligro de sus asignaciones. El pago del bono peligroso, el cual fluctúa entre 15 y 35%, dependiendo del nivel de inseguridad, no se limita a los miembros del servicio exterior, sino abarca a los empleados de la DEA, el FBI, la CIA, la ATF, patrulleros y demás dependencias civiles.

Los reglamentos internos de la cancillería estadounidense establecen que son elegibles a recibir “paga peligrosa” el personal civil –incluidos los jefes de misión– que trabaja en lugares en el extranjero, “donde existan condiciones de insurrección civil, guerra civil, terrorismo o condiciones de guerra, los cuales amenazan con infligir daño físico o representan un peligro inminente a la salud o bienestar” de todos los empleados del gobierno de EU. Estas condiciones –precisa– no incluyen actos descritos como delitos económicos. México fue sumado a la lista no porque padezca insurrección civil, sino porque la sangrienta confrontación armada del gobierno con el narcotráfico ha creado condiciones de guerra en varios estados del país.

A nivel mundial sólo hay 22 en la lista de países con bono peligroso, siendo México, Colombia, Haití y Bolivia, los latinoamericanos. Afganistán, Paquistán e Iraq, son los únicos donde el personal estadounidense percibe la tarifa máxima de paga peligrosa de 35%.

En coincidencia con el estallido de un coche-bomba en Juárez, suceso que para muchos analistas marca el inicio de una nueva etapa de narcoterror, el Departamento de Estado renovó su autorización para que familiares y dependientes del personal diplomático en todos los puestos de paga peligrosa puedan regresar a EU, de así desearlo.

Fuentes oficiales estadounidenses en esta capital informaron que desde marzo pasado, cuando Clinton autorizó por primera vez la salida de México de los dependientes, “sí han salido algunos familiares, pero no muchos”. La violencia, en otras palabras, no ha llegado aún al extremo de provocar el éxodo o la evacuación de estadounidenses, como en otras partes del mundo. ¿Cuestión de tiempo?

BLAKE, FRÍO RECIBIMIENTO

Los cambios en el gabinete no entusiasmaron a nadie. La cobertura fue mínima y el análisis desangelado. Laura Rozen, analista de Politico, influyente publicación cibernética, atribuyó la reorganización al “pobre desempeño” del PAN en las recientes elecciones y al deseo de Felipe Calderón de apuntalar a su partido para la grande en 2012. Por su parte, Andrew Selee, director del Instituto México del Wilson Center, dijo que la llegada a Gobernación de Francisco Blake Mora “representa la primera vez que alguien, en gran medida desconocido...asume esa posición, que es primordialmente responsable de las negociaciones políticas entre los diferentes niveles del gobierno y con el Congreso”.

Selee observó que la ausencia de capacidades políticas de Blake no pasó inadvertida entre los comentaristas, quienes se preguntan si su nombramiento es un ejemplo más de cómo Calderón prefiere rodearse de amigos personales que de un equipo de expertos.

La administración Obama declinó opinar sobre los cambios. Una fuente se limitó a decir que no preocupa la falta de oficio de Blake, toda vez que la relación con México se da entre instituciones y no entre personas. Por lo pronto, no hay señales de que Blake, quien a diferencia de su antecesor no domina el inglés, tenga planes de visitar Washington para conocer personalmente a Janet Napolitano, la titular del Departamento de Seguridad Interna, con quien Gobernación trata temas clave de la agenda bilateral como seguridad, frontera, migración y crimen organizado. ¿Regresión?


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