miércoles, 28 de julio de 2010

¿Estado y medios fallidos?

José Carreño Carlón

El Universal

Lo más estremecedor es que ya no provocan estremecimientos las noticias de los medios sobre los golpes del hampa —Diego, Torreón, Ciudad Juárez— y sobre la inacción o la corrupción del Estado.

La combinación de las atrocidades criminales con la percepción de ineficacia oficial o del así llamado vandalismo informativo, conduce a la controvertida idea del Estado fallido, pasando por medios de comunicación fallidos y por una organización social fallida. Es la incapacidad de todos para reaccionar ante el proceso de autodestrucción en curso.

Y es que si el Estado no investiga en el secuestro de Diego a petición de la familia, lo que se percibió el domingo con el informe del secretario de Gobernación, es que el Estado tampoco investigó las ejecuciones de Torreón desde la cárcel de Gómez Palacio, sino que esa tarea se la hicieron los criminales.

Se trata de una escalada de apropiación de funciones estatales por parte del crimen organizado, más trascendente que el salto histórico en las operaciones del narcoterror que se le atribuye al estallido de un carro-bomba en Juárez.

Función punitiva

Porque el secretario Blake simplemente convalidó lo dicho en un video puesto a circular días antes por los sistemas de información del hampa a través de la red, que se han erigido en fuentes de noticias que algunos medios atienden tan acríticamente como antes atendieron a las fuentes oficiales. Es decir, en este caso, sin cuestionar la ilicitud de la fuente; ni sus métodos para obtener la información; ni la crueldad y la impunidad con que era ajusticiado el declarante. Y lo peor es que, de esas mismas fuentes informativas del hampa, abrevó la propia fuente oficial del secretario de Gobernación.

Dada a conocer previamente por algunos medios, la conclusión de este video, validada ahora por el secretario de Gobernación, viene a confirmar una vez más hasta dónde están metidas las bandas criminales en las instituciones del Estado. Hasta dónde los recursos del Estado —las armas y los vehículos confiados a los custodios y las propias cárceles y sus funcionarios— están al servicio del crimen organizado. Pero, sobre todo, hasta dónde las bandas criminales están suplantando también las funciones del Estado en la investigación y la sanción de los delitos, claro, cuando los comete el cártel enemigo.

Función informativa

Pero las bandas aparecen también apropiadas de la función informativa, digamos: de la función de satisfacer el derecho a la información del público al proporcionar, a su manera: brutalmente las noticias de sus investigaciones y ajusticiamientos a través de blogs, you tube, twitter, de donde las ponen en circulación los medios convencionales ante la ineficacia o el vacío informativos del Estado.

El círculo se cierra cuando el propio secretario de Gobernación —como ocurrió el domingo— hace suya oficialmente la conclusión de una de aquellas investigaciones e informaciones criminales y los medios no sólo le dan toda la resonancia que amerita un hecho de tal valor informativo, sino que recuerdan que la primicia de esa noticia debe acreditarse a los, por así llamarlos, sistemas de investigación e informativos del hampa.

Y están por verse los efectos que tendrán en la suerte de Diego Fernández de Cevallos estos servicios de los sistemas informativos del crimen, que ayer colocaron 4 cabezas principales y 8 notas más de primera plana, sólo en los diarios de la capital, supuestamente desde el cautiverio del político.

Pero otra vez fallan el Estado y los medios cuando ponen en evidencia este círculo del hampa que se cierra sobre México. Sí. Porque lo más estremecedor es que ello ya no estremece, como lo escribió ayer Eugene Robinson en el Washington Post, a propósito de las filtraciones de Wikileaks sobre la muerte de civiles en la guerra de Afganistán.

Y es esta pérdida de sensibilidad ante la barbarie la que pavimenta el camino lo mismo para las atrocidades en Asia que para el avance de las organizaciones criminales en México.

Académico

No hay comentarios: