domingo, 13 de junio de 2010

Las fiestas del Centenario



Debemos a Genaro García la crónica oficial de los eventos promovidos par el gobierno para celebrar las fiestas del primer centenario de la Independencia. El magnifico libro editado en los talleres del Museo Nacional en 1911, ilustrado con abundantes fotografías, croquis, planos y dibujos, relata con detalle los actos oficiales y públicos que animaron la Ciudad de México durante el año del jubileo.

Las fiestas se inician con la participación de personalidades destacadas del mundo político y económico del país, así como de representantes de los gobiernos y las colonias extranjeras.

Se realizan eventos tales como cenas, recepciones oficiales, desfiles, entrega de regalos, ofrendas y monumentos; se inauguran obras públicas y civiles y se lleva a cabo una función de gala en el teatro Arbeu, una corrida de toros, conferencias, exposiciones, congresos, cientos de banquetes y múltiples fiestas civiles.

Entre los actos oficiales solemnes destacan la dedicación de la avenida Isabel la Católica, la sesión de la Cámara de Diputados en honor de los parlamentarios extranjeros presentes y la inauguración de algunos establecimientos públicos y obras de beneficencia tales como el manicomio general a Castañeda, que tiene un costa de dos millones de pesos, y la escuela para sordomudos.



Las festividades civiles son variadas: se fijan placas en honor de los caudillos y patriotas de la Independencia en parques y jardines, se organizan desfiles que llenan las principales avenidas y se rinden homenajes tributarios a los insurgentes. La inauguración de la columna de la Independencia y del monumento a Juárez tienen gran relevancia al igual que la celebración de la ceremonia del "grito", que incluye vistosos fuegos pirotécnicos y abundantes descargas de pistolas.

El 14 de septiembre, los comerciantes organizan un desfile de carros alegóricos en el que participan El Centro Mercantil, El Palacio de Hierro, El Buen Tono y otras tiendas. La Comisión del Centenario decide organizar un desfile histórico en el que se representan tres grandes épocas de la historia nacional: la Conquista, la Colonia y la Independencia. Para conseguirlo se organizan cuadros en los que figuran personajes y situaciones relevantes de la historia. El primero es "La salida del emperador Moctezuma al encuentra de Cortés"; el segundo, "El paseo del pendón en los tiempos virreinales", y el tercero, "La entrada del Ejercito Trigarante al mando de Iturbide".



El primer cuadro es muy colorido y los trajes, confeccionados por la casa Bravo, llaman mucho la atención. Un grupo de aztecas, compuesto por 19 guerreros con estandarte fijo y ocho más con divisas, escoltan a un señor tenochca. Los señores de los reinos inmediatos a Tenochtitlan llevan una retaguardia de 50 guerreros y 38 sacerdotes. Veinte caballeros del sol, 15 nobles y 20 indios principales los siguen. La corte de Moctezuma esta compuesta por guerreros con estandartes fijos, caballeros tigre, caballeros águila, servidores con alfombras y flores y varios guerreros mas. El grupo español que le sigue esta integrado por una descubierta de escopeteros a caballo y a pie, tambores, clarines y muchos ballesteros. Cortés monta un hermoso alazán; a su lado están doña Marina y sus capitanes y los siguen frailes, servidumbre, arcabuceros y muchos guerreros tlaxcaltecas. Todo esto constituye un recuerdo inolvidable, eternizado en las tarjetas postales cuya publicación es concedida a la casa Miret.

También se inaugura la iluminación de los principales edificios de la ciudad y un arco triunfal, erigido en la calle de Orizaba, que invita a entrar en la colonia porfiriana por excelencia: la Roma. Se colocan los cimientos del Teatro Nacional, de la Cámara de Diputados, del edificio de Bombas de Agua Potable, del túnel de Tequixquiac y otras construcciones. El XVII Congreso de Americanistas se celebra en la Ciudad de México. A bordo del autom6vil presidencial, Porfirio Díaz realiza una visita oficial alas ruinas de Teotihuacan. Se celebra también el Congreso de India¬nistas y de Estudiantes. Hay varias exposiciones organizadas por Japón, España y México, y diversos concursos, conferencias y veladas literarias.



La abundante imaginería da pie a la edición de carteles, estampas, tarjetas postales, libros y cromos con efigies de los héroes de la Independencia y estereotipos de batallas y hazañas insurgentes. Durante la época de Porfirio Díaz se definen y refuerzan los valores patrióticos y nacionalistas. Las figuras insurgentes se elevan y ensalzan al rango de héroes y se levantan monumentos a legisladores, juristas, ministros y otras dignidades honoríficas. La inauguración de las estatuas de distinguidos mexicanos a lo largo de los dos costados laterales del paseo de la Reforma, entre 1889 y 1899, es motivo de continuas celebraciones a las que asiste puntualmente el presidente. Por la vulgarización de la imagen, el periodo porfirista tiene a la mano este recurso como factor disuasivo y dogmático que refuerza entre las masas el nacionalismo y la engañosa idea de libertad, independencia y justicia.


* Isabel Fernández Tejedo-Recuerdo de México-La Tarjeta Postal mexicana 1882-1930-Banobras 1994

Fuente: boletin Finsemaneando

No hay comentarios: