sábado, 29 de mayo de 2010

México, el paraíso






Las matemáticas no mienten: en medio de la crisis, a las empresas listadas en bolsa en México les ha ido mejor en materia de rentabilidad que en la mayoría de los demás países. Lograron una fórmula perfecta: crecer y ser más eficientes


Las empresas mexicanas han logrado una rentabilidad sobre el capital de las más altas del mundo. En un análisis comparado con países y regiones que son competidores, potencias o modelos a seguir, y de acuerdo con el ranking elaborado para esta edición basado en información de la agencia financiera especializada Capital IQ, México resultó con el segundo mayor rendimiento en 2009, detrás de Irlanda: 13.7% frente a 15.7%, respectivamente.

La medición usa el ratio de utilidades operativas netas de impuestos a capital total invertido (ver metodología en la página 16).

Este análisis, que incluye 30,125 empresas listadas en bolsas de valores de todo el mundo (de las que existe información disponible) y excluye a las financieras (porque no se puede construir un indicador comparable dada su naturaleza, (ver metodología), dejó a México en tercer sitio detrás de India en el promedio de rentabilidad de los últimos tres años, un periodo suficientemente actual y razonable para analizar la historia más reciente.

Pero lo más destacable es que, entre 2007 y 2009, un lapso que refleja de lleno el efecto de la crisis con una caída del rendimiento de la inversión en todos los países, México registró una de las menores bajas, de lo cual puede concluirse que sus empresas están entre las que mejor han soportado el embate de “la gran recesión” —como la ha bautizado el FMI—, en cuanto a sostener la rentabilidad de sus inversiones.

La menor caída se produjo en Corea del Sur, de 7.9% a 7.8%, y en Singapur, de 8.2% a 7.7%; es decir, una baja en la tasa de rentabilidad de sólo 1% y 6%, respectivamente. Sin embargo, ya eran países con niveles reducidos como para caer mucho más.

Los dos que le siguen en orden (en tercer y cuarto lugar) son los empresarios irlandeses y mexicanos, cuya rentabilidad bajó 11% y 13%, respectivamente. A diferencia de los dos asiáticos, este par registra las mejores tasas en 2007 y 2009, de modo que su desempeño en este indicador es el más apreciable. Los más perjudicados fueron los rusos y los alemanes, con una baja de 36% y 35%, respectivamente.

Los integrantes del BRIC, el grupo de cuatro mercados emergentes considerado con mayor potencial de desarrollo económico para las próximas décadas (Brasil, Rusia, India y China), se ubican en la parte alta de la tabla, al igual que Europa del Este.

En contraste, las empresas de los países desarrollados son las que devuelven el retorno sobre el capital invertido más bajo del mundo. Las economías industrializadas: EU, Canadá, Europa Occidental, Japón y las demás de Asia y Oceanía (como Singapur y Australia), son las de mayor desarrollo de los mercados, de regulaciones más sofisticadas y exigentes, y tuvieron en 2009 tasas de rentabilidad de entre 2.9% y 7.8%, muy por debajo de las emergentes.

En África —que no incluimos en la tabla porque no es relevante para México—, las empresas gozan de la mayor rentabilidad del mundo: 17.6% en el promedio 2007-2009. Transparencia Internacional coloca a la gran mayoría de los países africanos en los últimos lugares del índice de percepción de la corrupción.

Lo cuestionable a este análisis podría ser la representatividad de la muestra de cada país, porque algunos tienen miles de emisoras en bolsa, como EU, Canadá, Japón y China, mientras que México sólo tiene 95 empresas no financieras en la BMV que pudieron incluirse en este estudio. Despejar esa duda requeriría una investigación que escapa al alcance del presente análisis.

Irlanda, considerado un modelo por haber pasado de ser el país europeo más pobre a uno de los más ricos en menos de 50 años, encabeza este ranking con 15.7% de rentabilidad en 2009, y también tiene pocas empresas: 72.

Según datos del Banco Mundial, las economías de México e Irlanda están entre las 13 de mayor caída en 2009 (6.5% y 7.5%, respectivamente). Entre esas 13 hay otros siete países de Europa del Este, incluido Rusia, cuyas empresas también obtienen altas tasas de rendimiento del capital. Parece haber un patrón común.

¿Por qué si la economía de un país se derrumba, la rentabilidad de sus empresarios, en cambio, está mejor? En primer lugar, una empresa puede reducir sus ventas (que sería la analogía con el crecimiento del país), y a la vez aumentar la eficiencia en el uso del capital invertido.

Sin embargo, en el caso de las 95 empresas mexicanas, 60% registró un crecimiento de ventas en 2009, y el promedio fue un aumento de los ingresos de 2.7%, de manera que en medio de la crisis estos empresarios lograron ambas cosas: crecer y ser más eficientes.

Quizás, como se señaló arriba, no son representativos del universo total de las empresas mexicanas. Puede haber, además, condiciones externas a la empresa que la favorecen (como la existencia de una estructura monopólica con clientes cautivos y fijación de precios).

Pero hay que saber aquilatar la parte que le corresponde a la propia empresa en la rentabilidad poscrisis. Las compañías que cotizan en bolsa por lo general son una élite en el sentido de que están preparadas para sortear los eventos ajenos a sus decisiones y que le son adversos, como el actual. De hecho, han vivido varias crisis, han acumulado experiencia y tienen un equipo de gente preparada para estudiar cómo enfrentar una recesión, e incluso para sacar provecho de ella, algo que hasta ahora parece que han logrado.

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