jueves, 1 de abril de 2010

Unas no tan felices Pascuas para la Iglesia y para Benedicto XVI


El acontecimiento más agitado del año en el Vaticano exigirá al pontífice una presentación pública tras otra, siempre en ceremonias estrictamente reguladas que demandan una enorme concentración bajo la sombra de los escándalos de abusos que salpican a la Iglesia, informa la agencia DPA.


Redacción EjeCentral.com.mx

La resurrección de Jesucristo será este domingo motivo de celebración para los católicos de todo el mundo... y de agotadores compromisos para el papa Benedicto XVI.

El acontecimiento más agitado del año en el Vaticano exigirá al pontífice una presentación pública tras otra, siempre en ceremonias estrictamente reguladas que demandan una enorme concentración, de acuerdo con la agencia DPA.

Será la quinta Pascua que afronte Benedicto como Papa, pero este año la celebración tendrá una carga adicional de tensión y exigencia: los escándalos de abusos que salpican a la Iglesia en diversas partes del mundo y que dejaron al Papa en el centro de las críticas de muchos. ¿Cómo se filtrará el tema entre el lavatorio de pies, el via crucis y la vigilia pascual?

Desde el jueves santo hasta el domingo de resurrección, el Papa tendrá varias oportunidades para dejar sentada su postura. Y también eso tiene su tradición, como quedó de manifiesto el domingo de Ramos: Benedicto utilizó la ocasión para criticar la renovada tensión en Jerusalén y para exigir más esfuerzos de paz en Cercano Oriente.

Muchos católicos, sin embargo, esperan esta Semana Santa alguna palabra del pontífice sobre la profunda crisis que atraviesa su Iglesia por los escándalos de abusos.

Un punto clave de las celebraciones tendrá lugar con la meditación del vía crucis en el Coliseo de Roma, símbolo del sufrimiento de los cristianos.

Cinco años atrás, aún en su calidad de prefecto de la Congregación de la Fe, Joseph Ratzinger escogió para la oración del vía crucis palabras que suenan hoy más actuales que nunca. "Nos abruman su atuendo y su rostro tan sucios. Pero los empañamos nosotros mismos".

El domingo de Ramos, Benedicto hizo la procesión en la plaza de San Pedro por primera vez en papamóvil y no a pie.

En esencia, el caso más sonado que sigue a Ratzinger hasta la Plaza de San Pedro es el del padre estadounidense Lawrence Murphy, quien abusó de niños sordos entre 1950 y 1974. Ese es sólo uno de las decenas de hechos similares que se han reportado antes, incluyendo el expediente de Marcial Maciel en México y los abusos de otros sacerdotes en Irlanda.

Peter Isley, quien viajó desde el estado de Wisconsin hasta Roma, está decidido a enfrentar al Papa en las celebraciones. Es un psicoterapeuta con una pregunta para Ratzinger: “¿Por qué mi iglesia es la única institución donde los pedófilos continúan empleados?”, reproduce DerSpiegel.de

El New York Times publicó el jueves 25 de marzo que el sacerdote Lawrence Murhpy abusó de unos 200 niños sordos en Wisconsin, y que nunca fue denunciado ni expulsado de la Iglesia, y que el caso interpela directamente al Papa y a su número dos, el secretario de Estado, Tarcisio Bertone.

El entonces cardenal Joseph Ratzinger, quien era prefecto para la Congregación para la doctrina de la Fe, y otros responsables eclesiásticos discutieron sobre la expulsión del cura, pero no lo hicieron ya que la prioridad mayor fue proteger a la Iglesia del escándalo.

Después de la publicación en el New York Times, la respuesta del Vaticano fue que se enteró 20 años después de los hechos de Murphy.

“Este cura abusó a más de 200 niños en mi escuela. Joseph Ratzinger es responsable por el hecho de que Murphy nunca fue expulsado”, dijo, “No quiero que renuncie, sólo quiero que acepte su culpa”.

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