El Nuevo START supone la reducción del 30% de las cabezas nucleares desplegadas de EE UU y Rusia
El presidente de EE UU, Barack Obama, y el de Rusia, Dmitri Medvédev, han firmado este mediodía en Praga el tratado de desarme nuclear Nuevo START, que permitirá la eliminación de un 30% de las cabezas nucleares desplegadas de ambos países en siete años, y puede cimentar unas relaciones bilaterales más sólidas entre las dos potencias.
Obama también pretende que el acuerdo, que sustituye al firmado en 1991 por Mijaíl Gorbachov y George Bush (que expiró en diciembre), contribuya a frenar la proliferación nuclear y a aumentar la presión sobre países como Irán o Corea del Norte, que trabajan en programas atómicos al margen de la comunidad internacional. El documento limita a 1.550 las cabezas atómicas y a 800 las lanzaderas de cada país.
El tratado, si consigue la ratificación del Parlamento ruso y el Senado de EE UU, "hará de Estados Unidos y el mundo lugares más seguros", declaró Obama a los periodistas tras la firma, un "evento histórico" que abrirá el camino a nuevas reducciones de armamento de los dos países. Medvédev, por su parte, subrayó que el documento "mantiene el equilibrio de intereses de ambos países. Es una situación ganadora para todos, que beneficia a toda la comunidad mundial".
Escudo antimisiles
El Nuevo START acaba con el "distanciamiento" entre los antiguos rivales de la guerra fría, según el presidente estadounidense, mientras que su homólogo ruso lo calificó de "nueva página" en las relaciones de Moscú y Washington, que con la guerra de Georgia, en verano de 2008, alcanzaron su máximo desencuentro en años. Uno de los objetivos que se marcó Obama al inicio de su presidencia fue la recuperación de la relación bilateral.
Para dar un paso más, los dos dirigentes han acordado abrir negociaciones "serias" sobre defensa antimisiles, según ha anunciado Obama, uno de los aspectos más controvertidos en la relación entre las dos potencias.
Rusia ha incluido una declaración unilateral en el tratado en la que advierte que se reserva su derecho a abandonar el pacto si considera que la defensa antimisiles estadounidense supone una amenaza contra sus intereses. El Nuevo START sólo será "viable si no se hace hincapié en el escudo antimisiles, que podría alterar las fuerzas", insistió Medvédev.
EE UU, que planea un nuevo escudo antimisiles que sustituya al abandonado el año pasado para Europa del Este, asegura que sus proyectos no representan ninguna amenaza contra Rusia.
Sanciones contra Irán
La imposición de sanciones más duras contra Teherán fue otro de los temas que centraron la reunión previa entre ambos dirigentes, antes de la ceremonia de firma, en el castillo medieval de la capital checa. "No toleraremos actos que puedan desatar una carrera de armamento en una región vital y amenacen la credibilidad de la comunidad internacional y nuestra seguridad colectiva", dijo Obama, que espera obtener "sanciones firmes y duras esta primavera" en el Consejo de Seguridad de la ONU.
"Si Teherán no reacciona a lo que se le ofrece no podemos cerrar los ojos. El Consejo de Seguridad tendrá que volver a tratar sobre el tema", subrayó Medvédev. "Hay que tener en cuenta que las sanciones casi nunca dan los resultados apetecidos", explicó, para reclamar que "las sanciones deben de ser inteligentes" e inducir "el comportamiento apropiado" del régimen iraní.
También hablaron de la situación de Kirguizistán, donde manifestantes de la oposición y fuerzas de seguridad protagonizaron ayer violentos enfrentamientos en varias zonas del país, que obligaron al presidente Kurmanbek Bakíev a abandonar la capital. Tanto Estados Unidos como Rusia tienen bases militares en la ex república soviética.
Nueva estrategia nuclear
La firma del Nuevo START es un paso más en la lucha contra la proliferación, una de las piedras angulares de la política exterior estadounidense, como anunció Obama en su discurso en la capital checa de hace un año.
El martes, la Casa Blanca presentó una nueva estrategia nuclear que compromete a Estados Unidos a no hacer uso de sus armas atómicas contra países que respeten el Tratado de No Proliferación, incluso -bajo ciertas circunstancias- si esos países atacaran con armas químicas o biológicas a EE UU.
La reunión se produce cuatro días antes de que Obama acoja en Washington una cumbre sobre seguridad nuclear en la que participarán 47 países, y en la que EE UU quiere que se adopten medidas concretas para garantizar la seguridad de todos los materiales nucleares en el mundo en el plazo de cuatro años.
Sin embargo, no está garantizado que el tratado llegue a aplicarse jamás. Antes tendrá que ser ratificado por el Parlamento ruso y por los dos tercios (67 escaños) del Senado de Estados Unidos, lo que no será fácil. Obama espera que la ratificación se produzca este año, según ha declarado a los periodistas, antes de las elecciones de mitad de mandato que podrían cambiar la composición de la cámara, controlada por los demócratas.
Fuente: Periodico El País
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