lunes, 15 de marzo de 2010

Malhumorados

Martha Anaya

March 15, 2010

Si ya andaba de mal humor el Presidente de la República –así lo evidenció con los reclamos que le espetó al Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Francisco Ramírez Acuña, en la comida de la Concanaco– por el sainete producido con las alianzas y no alianzas.., pues éste fin de semana le llovió en su milpa.

Para empezar, ejecutados y degollados por aquí y por allá. Más de treinta entre sábado y domingo en Acapulco, Navolato y Ciudad Juárez. Entre ellos, tres personas vinculadas al Consulado General de Estados Unidos en Ciudad Juárez: una empleada y su esposo –ambos ciudadanos estadounidenses—y el cónyuge de una funcionaria mexicana.

La voz indignada del mandatario estadounidense, Barack Obama, no se hizo esperar; ello armó revuelo tanto en la cancillería como en el habitante de Los Pinos.

Felipe Calderón estaba furioso. No tanto por los mensajes del vecino del norte, sino porque su estrategia contra el narcotráfico nomás no funciona y sus enemigos se lo restriegan burlonamente en la cara. Peor aún, han elevado la mira de sus ataques a costos internacionales.

No le quedó de otra más que responder con dos comunicados. Uno desde la Presidencia –inevitable, si el propio Obama se había manifestado– y otro desde la cancillería, condenado los hechos.

Pero el de la Secretaría de Relaciones Exteriores añadía unos párrafos más, que bien muestran el nivel de inquietud del gobierno ante el acontecimiento:

“Las autoridades mexicanas trabajarán con determinación para esclarecer las condiciones en que tuvieron lugar los hechos y llevar ante la justicia a los responsables. Se mantendrá la coordinación con las autoridades diplomáticas estadounidenses conforme avancen las investigaciones”.

Si esto no hubiera sido suficiente para echarle a perder anímicamente el fin de semana, la revista Proceso le balconeó en su edición de este domingo sus nuevas propiedades –que no aparecen en el sistema Declaranet, que porque no están a nombre suyo sino de su esposa– y el ranchito en Ayapango, Estado de México, a donde suele irse a disfrutar con su familia protegido por el Estado Mayor Presidencial.

Lo interesante de la historia es que el costo de las propiedades es superior al sueldo que devenga como Presidente de la República, según se refiere en la revista.

Quienes también andan malhumorados son los militantes panistas y priistas. Los dos grupos salieron revolcados con la historia del trueque de más impuestos a cambio de que el PAN no estableciera alianzas con el PRD.

Para colmo, en el nuevo escenario de alianzas PAN-PRD y la elección de candidatos priistas al son que les marcan los gobernadores de las entidades que tendrán elecciones –en lugar de optar por los mejores candidatos–, son más los disgustados que quienes están conformes.

El mal humor se extiende a la clase política

Entre tanto, César Nava, Beatriz Paredes y Enrique Peña Nieto –interpósita persona– no terminan de digerir la exhibida que les dieron con el acuerdo que firmaron en Bucareli.

Y de paso, para cerrar el domingo, el coordinador del PRI en el Senado, Manlio Fabio Beltrones, pidió al gobierno que se cancele el incremento en el precio de las gasolinas y el diesel. Además, claro, de acusarlos de mentirosos por haber inventado el “boquete” fiscal.

Así quién no va a estar de mal humor.

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