sábado, 20 de febrero de 2010

Polanco empieza a ser



Hacienda de los Morales

Ahora me toca a mí, como vecina de Polanco, comentar lo que me he encontrado en los libros relativos al ramo de tierras, del Archivo General de la Nación, sobre esta zona. A mediados del Siglo XVII, constan registrados los primeros datos que hacen referencia a la "Hacienda y Molino de San Juan de Dios de los Morales". Pero cobro conciencia de que los rastros de Polanco son inciertos y distantes. Buscando afanosamente en el Registro Público de la Propiedad, bajo la inscripción 634.117 correspondiente a Tacubaya, encuentro una inscripción en la que se formalizó la división y participación de los bienes de la Sucesión de Ana Lascuráin de Cuevas y mediante la cual, en 1902 Don Eduardo Cuevas Lascuráin adquiere en el precio de $287,036.36 (doscientos ochenta y siete mil, treinta y seis pesos, 36/100 M.N.) la fracción quinta de la Hacienda y Molino nombrados "San Juan de Dios de los Morales" con fragmentos de sus ranchos anexos. "El Huisachal" – con "s" - y "Polanco".

Ya tengo un punto de partida pero aún no piso en firme porque a Polanco lo conocí ya urbano en mi niñez. Me decido a continuar y la curiosidad me conduce hasta la Santa Inquisición, ese capítulo negro que aún utilizan escritores de relatos truculentos.


Sucesión de la Familia Lascuráin

Encuentro que uno de los inquisidores fue Fray Juan de Zumárraga, el mismo que se relaciona con la Virgen de Guadalupe. Sigo indagando y me encuentro que las funciones del Santo Oficio se extendieron hasta 1820. Sin embargo la leyenda empezó a clausurarse cuando en 1810 se inicia el movimiento de Independencia. Luego vino una larga guerra intestina en la que la balanza se inclinó a un lado y al otro y arribó a un 27 de septiembre de 1822, en que se consumó la Independencia. Y aunque el Santo Oficio ya estaba en el olvido entonces, la cicatriz se abre y nace el efímero imperio de Iturbide. A esto le sigue una larga cadena de presidentes fugaces e inexpertos que formalmente gobernaban un territorio dos veces más grande que el actual pero que no supieron conservar. ¿Y Polanco?

Olvido misterios y retorno a "La Hacienda y Molino de San Juan de Dios de los Morales". Los datos de la propiedad aparecen cuando México ya es una república, con una superficie imprevisible y desordenada. En los folios anteriores a la adjudicación a favor de don Eduardo Cuevas Lascuráin, aparecen los nombres de doña Josefa Arechavala y Avilés de Garay, misma que heredó a sus hijas, Josefa Garay Arechavala viuda de don Celedonio Herro y Javiera Garay Arechavala de O´Brien. Posteriormente la propiedad se consolida a favor de doña Josefa Garay Arechavala viuda de don Celedonio Herro, por renuncia hecha a su favor por sus hermanas Javiera e Ignacia. Luego aparecen los nombres de Loreto Canas Herro de Dantán y Eduardo Canas Herro.




Así se llega hasta 1872 en el que Eduardo Canas Herro compra el total de la finca. Sus linderos eran: al oriente con el Molino de Río Hondo, Hacienda de León y Molino de Sotelo; al poniente con la Hacienda "La Blanca"; al norte con la misma Hacienda de "León", pueblos de Santorum y San Joaquín y Hacienda "La Ascensión" y por el sur, con la Hacienda "Jesús del Monte", pueblo de Tecamachalco, Molino del Rey y Rancho " Anzures". Es casi imposible determinar la superficie de la propiedad con absoluta precisión. El documento que cito ahora, habla de una extensión total de treinta y cinco caballerías, dos fanegas, dos cuartillas, tres mil novecientas noventa y nueve varas cuadradas, equivalentes a mil quinientas dos hectáreas, catorce aras, cinco centráis y nueve centésimas de metro, excluyendo la hectárea y agua enajenadas al Ayuntamiento. Nada manejable, pero me siguen fascinando los misterios y continúo. Me freno, recapacito y ya controlada comprendo que mi salvación esta en el libro que resumió antecedentes de propiedad. Agradezco a don Carlos Estrada Cuevas por tener entre mis manos tan sabio documento.

Pero como no me basta esa relación esquemática, continúo. Así tengo noticias de que muchos años antes de la consumación de la Independencia y de la catástrofe territorial adjudicable a la caricaturesca y absurda presencia de Su "Torpeza Cretinísima", don Eduardo Canas Herro y su esposa Emilia Bush de Canas Herro venden la Hacienda a don Jesús Goribar. Tampoco se determinan colindancias ni superficies, pero las circunstancias del trato permiten saber que se anexaran los ranchos "El Huisachal", "El Coscoaco", el de "Molino del Rey" y el de "La Hormiga".



En inscripciones subsecuentes aparecen los nombres de don Jesús Goribar y Tornel y de su hijo Juan Goribar y Tornel. Ellos son ¡eureka! - el antecedente directo de don Eduardo Cuevas Rubio que adquirió la Hacienda y Molinos y anexos: "San Juan de Dios de los Morales", "El Huisachal" y "Polanco". Así dispuesto, cuando en 1920 se lleva a cabo la división y partición de la testamentaria del Sr. Eduardo Cuevas Rubio, lo que ahora conocemos como la colonia Anzures, se constituye con los terrenos de ese rancho y las fracciones 1 ° Y 2° de la partición; la fracción 3° verá urbanizar las secciones que oficialmente se denominan "Chapultepec Morales", "Polanco Reforma", "Los Morales" (el olivar de la hacienda), "Los Morales sección Palmas" y "Los Morales sección Alameda". La fracción 4° veda el nacimiento de las colonias "Granada" y su ampliación, "Irrigación", "San Isidro", "Residencial Militar" y hasta el Hipódromo de las Américas (por donde corrió el río de Jalatlaco). Por ultimo, la fracción 5° sería urbanizada con los nombres de "Rincón del Bosque", "Bosque de Chapultepec", "Chapultepec Polanco", "Palmitas", "Molino del Rey" y una sección de las ahora "Lomas de Chapultepec", incluyendo un importante fragmento de lo que comúnmente se llama la "2° sección del bosque de Chapultepec". La partición testamentaria incluye también los "terrenos del rancho Huizachal" donde se urbanizarían tiempo después "Tecamachalco", "La Herradura", "Huizachal", Río Escondido" y "Lomas Hipódromo". ¡Un verdadero laberinto de nombres!



Para llegar a este momento, Polanco vivió una historia tan zigzagueante como la de los personajes de "Cien Años de Soledad", esa intrincada novela de García Márquez en la que los personajes se mueven en los laberintos sin salida de Macondo y son cada uno repetitivos descendientes de Aureliano. Sin embargo, en este instante yo ya tengo orden para continuar. Concretando, en 1861 "El Rancho de Polanco" pasa a ser propiedad de doña Ana de Lascuráin de Cuevas Rubio y posteriormente entra al dominio de don Eduardo Cuevas Rubio y Lascuráin. Esto es, que lo que ahora es Polanco fue el patriarcal feudo de don Eduardo Cuevas Rubio y Lascuráin.


Residencia del Sr. Ayub ahora ahora Hard Rock Live


*Yo Polanco, Gloria T. Villalobos, Asamblea Legislativa del D.F., 2006

Fuente: boletín finsemaneando

3 comentarios:

Lorena Alfa dijo...

Quisiera contactar a quien hizo este articulo ya que tengo que hacer una investigación asociada a este. Por favor que el autor/a me escriba a alfarocarral@gmail.com Muchas gracias

lalonga dijo...

oohhhh don eduardo cuevas rubio fue mi bisaguelito yo tengo algunos documentos y fotos de la hacienda y cuadros ke nos dejo mi aguelita y muchos documentos que me han dado

saludos

lalo

Anónimo dijo...

Hola....mi abuela fue esposa de Eduardo Cuevas Lascurain, Guadalupe Diaz de Cuevas pero al morir mi abuelo trataron de borrar cualquier parentesco...si alguien sabe al respecto por favor manden me info a : grafiavp@gmail.com