El Poder de las Ideas
Centro de Inteligencia Política (www.CEINPOL.com.mx)
Héctor Luna de la Vega.*
Tener una idea, una creencia, una filosofía o una religión, puede convertirse en una mente inmadura, en un fundamentalismo de vida, esto implica la cerrazón a la crítica y a la opinión del otro. En mi lectura al libro “Mil Soles Espléndidos”, de Khaled Hosseini, llamó mi atención la severidad como el autor trata al fundamentalismo económico-social, agravado en el régimen Talibán de Afganistán y mezclado evidentemente con la religión. Las naciones dominantes caen siempre en la tentación de imponer su pensamiento y método económico, el cual incluso es diferenciado en su política interna respecto a la de los otros países.
La corriente neoliberal en Estados Unidos enseña una versión en sus programas educativos de los posgrado de economía, la cual pregona el libre mercado, la eliminación de subsidios y la privatización, aplicando otra de Estado con corte intervencionista en su territorio, con subsidios a la industria y al campo, siendo proteccionista del trabajo de sus connacionales. Seguir recetas neoliberales por parte de México, no necesariamente es un acto de inteligencia sino una sumisión a esa visión diferenciada. De hecho nunca en la historia de la humanidad como son los últimos 20 años se había generado tanta riqueza en el mundo (en pocas manos) y, contradictoriamente, al mismo tiempo se habían generado tantos pobres. Por ello, debemos ser cautos en recibir sin visión crítica las tesis del Club Bilderberg y del Consenso de Washington. En México, otra interpretación sin autocrítica la representa cierto sector de la cúpula Católica vinculada al PAN, la cual quiere poner en los temas de la política, la sociedad y el desarrollo, al Evangelio por encima de las leyes del hombre.
Sergio Aguayo escribe: “En ninguna de las democracias avanzadas la religión juega un papel significativo en la esfera física” y, abunda, “existe una muralla para evitar la intromisión de las instituciones religiosas en el proceso político”. Ante estas tentaciones, el Senado de la República se ha empeñado en la puntualización constitucional del Estado laico, básicamente por el afán reposicionista de la Iglesia católica, prestando su púlpito a la Unión Nacional de Padres de Familia, ante el silencio del titular de la Secretaria de Gobernación. Lo menos deseable en este nuevo año es alentar a la intolerancia y radicalizar las visiones neoliberales de economistas o las vertientes derechistas de un catolicismo politizado.
Quisiera aclarar que soy un convencido del liberalismo y también un creyente el cual forma parte de una Iglesia, pero también soy un exigente ciudadano del Estado laico y un demandante permanente de la justicia social, la redistribución del ingreso, la generación del empleo, la oportunidad educativa, de alimentación, salud y vivienda, un crítico de la falta de estrategias consistentes para eliminar estructuralmente el círculo de la pobreza de 107 millones de mexicanos. Necesitamos más alternativas de progreso, mayor creatividad en las estrategias económicas, más diversidad en las oportunidades. Evitemos ideas monopólicas de la verdad y la razón.El riesgo es caer en el silencio ante un fundamentalismo de actitud e ideas, por ello, la importancia de consolidar nuevas alternativas ciudadanas, más plurales y abiertas, como lo es la tarea de articular el Parlamento Ciudadano del Estado de México, en el cual me acojo a lo escrito por mi entrañable Jesús Martínez Álvarez: “El silencio debe ser un delito”… “Es tiempo de romper el silencio”.
*Héctor Luna de la Vega, es Contador Público por Escuela Superior de Comercio y Administración. IPN, es Maestro en Ciencias por el Instituto Politécnico Nacional. Es Doctor en Ciencias por el Instituto Politécnico Nacional. Catedrático de Licenciatura, IPN. Catedrático e Investigador de la Sección de Graduados del IPN. Creador de la Maestría de Formación a Distancia en Administración Pública. Autor del Centro Estratégico de Innovación. Ha sido Delegado del DDF en Xochimilco. Obtuvo el reconocimiento como Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO. Fue Director General de Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias, INIFAP. Ha sido Secretario de Finanzas y Planeación del Gobierno del Estado de México y en este cargo fue Coordinador del Plan de Desarrollo; Coordinador del Estudio de Gran Visión y obtuvo el primer crédito otorgado por Banco Mundial (500 millones de dólares) a un gobierno subnacional. Ha sido Asesor de la Presidencia de la Cámara de Senadores de la LVIII y LIX Legislaturas. Fue Diputado Federal de la LVII Legislatura. Secretario de la Comisión de Ciencia y Tecnología, Coautor de la Ley de Fomento a la Investigación Científica y Tecnológica, aprobada en ambas cámaras por mayoría absoluta. Se le otorgó la Condecoración Altamirano por 40 años de docencia en el IPN. También el Reconocimiento Académico del IPN por 30 años como Catedrático de la Sección de Posgrado e Investigación. Es Miembro del Consejo Consultivo del CONACYT. Es Académico Presidente de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística. Es Miembro de la Legión de Honor. Es autor de seis libros de Consulta. Es también colaborador del periódico El Sol de México, El Economista, Excélsior, Revista Voz y Voto, Revista Época. Es Coautor de seis libros de diversa temática. Actualmente se desempeña como Consultor de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), como Asesor de Banco Mundial (WB) y como Miembro del Consejo Consultivo del Programa de Finanzas Gubernamentales; Instituto de estudios Superiores del Tecnológico de Monterrey-Banco Mundial.
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