martes, 5 de enero de 2010

¿Negociazo de Pemex?

Alberto Barranco
Empresa
El Universal
04 de enero de 2010

De ceder Petróleos Mexicanos a las pretensiones de la firma Impulsora Jalisciense, le pagaría 300 millones de dólares por recuperar la mayoría del capital de Mexicana de Lubricantes, o mejor dicho la ruina que queda de ella tras su privatización a media

Lo que hace 20 años habría parecido una ganga, hoy se perfila como un despojo más para la empresa pública, que jamás logró dividendos en su condición de socio minoritario.

El atraco del siglo.

El porcentaje del capital en juego es de 53%, del cual 48.77% lo mantiene Impulsora Jalisciense y el resto lo detenta Banorte.

La vela en el entierro de la intermediaria encabezada por Roberto González Barrera llegó a cobrar en especie un adeudo de la firma fabricante de aceites y lubricantes con Bancrecer, al que absorbió ésta, con la novedad de que el préstamo según ello fue para completar la cantidad que se le pagó a Pemex por el porcentaje mayoritario que hoy intenta recuperar. Lo cierto es que, según documentos internos de la paraestatal, nadie sabe, nadie supo dónde quedó el recurso.

La historia merecería un capítulo gigante en el libro de los horrores de la paraestatal, dada la forma en que pactó la privatización, con todas las ventajas para la compradora.

De entrada, Pemex le abrió la puerta, en el insólito, a la firma Impulsora Jalisciense, que adquirió la mayoría del capital —el resto lo mantuvo la empresa pública— para pagar en abonos, a contrapelo de las reglas implantadas por la Secretaría de Hacienda.

La canonjía se vuelve más absurda si se considera que las plantas productoras de aceites y lubricantes de la paraestatal en venta estaban sembradas entonces —estamos hablando de 1993— entre las 40 empresas más grandes del país.

Concretamente se ubicaba a la compañía que las aglutinaba en el número 38, abajito de Dupont, Resistol y Xerox, al obtener ventas por 225 millones de dólares, lo que implicaba un ingreso de 300 millones, considerando el precio al público de 292 millones de lubricantes vendidos.

La cifra representaba casi 2% de las ventas totales de Pemex, cuyo monto alcanzaba entonces 19 mil 165 millones de dólares.

La participación de mercado de Mexicana de Lubricantes alcanzaba 41%.

Más allá, se le daba una prebenda que no habría soñado ni el más fiel militante del capitalismo salvaje: exclusividad por 20 años para vender sus productos en la red de estaciones de servicio o gasolinerías de la paraestatal.

En paralelo, se le traspasó a título gratuito la marca Mex Lub de la que se despojó con malas maneras a la empresa Bardhal, en paralelo a garantizarle el suministro de las materias primas a precios castigados.

Más aún, en su calidad de socio minoritario Pemex le daría asistencia técnica.

Peladito y en la boca, pues.

Tan colosal era el regalo, que la propia paraestatal se espantó, colocando en la mesa una cláusula de supuesto equilibrio en la que se señalaba que ésta recuperaría la mayoría cuando Mexicana de Lubricantes registrara tres años consecutivos de números rojos… con la novedad que el escenario se alcanzó en 2003. A partir de ahí se inició una lucha sorda entre los socios, al ocultar la firma fabricante de aceites y lubricantes sus números.

De hecho, en el camino se plantearon no menos de 60 demandas cruzadas, tras un intento de la paraestatal de destituir al presidente de la compañía, Salvador Martínez Garza.

En el refuego, incluso Pemex demandó al despacho Price Wather House Coopers, auditor externo de Mexicana de Lubricantes, en afán de obligarle a entregar los estados financieros de ésta a partir de 2001.

Más aún, se emplazó a la compañía de capital mixto a un juicio ordinario mercantil en afán, a su vez, de obligarle a realizar una asamblea general ordinaria en la que se transparentaran los datos.

Ambos procedimientos se estrellaron ante una catarata de chicanas.

De hecho, cuando alguna de las querellas desembocaba en una sentencia contra la empresa, ésta se amparaba de inmediato.

Incluso, la empresa, con la complicidad de la paraestatal, logró eludir una resolución de la Comisión Federal de Competencia que obligaba a desmantelar la exclusividad en la venta de sus productos vía la red de Pemex.

Más aún, ésta hizo caso omiso de los amparos logrados por la empresa Bardhal para introducir a su vez sus productos.

Como lee usted, pues, lo que parecía la panacea, el manejo por parte de una empresa privada de una entidad pública se convirtió en pesadilla.

El premio serán 300 millones de dólares.

Balance general

La firma que cumple 70 años de presencia en el mercado es Multipack, pionera en el ramo de las firmas de mensajería y paquetería, ahora con la posibilidad de ofrecer el manejo integral de la cadena de suministro de las empresas. La empresa acaba de aliarse con Logyx, lo que le permite desde la organización de los almacenes hasta la planeación, la operación logística y la vigilancia de la carga hasta la última milla. La firma es ciento por ciento mexicana.

Rayos X a “outsourcing”

A convocatoria de las fracciones priísta, perredista y petista, la Cámara de Diputados convocará para febrero del año que corre a un foro en el que se analicen las telas y entretelas del outsourcing en el país, es decir la contratación de firmas externas que realizan las empresas para proveer de tareas específicas, desde atender la limpieza hasta la de contabilidad.

La intención es reconocer las posibles grietas en la ley, dada la avalancha de quejas que oscilan desde elusión a la inscripción de las empresas subcontratantes a la seguridad social, hasta soslayar o minimizar el monto de reparto de utilidades.

Rayos X, pues, a la terciaria.

Covered Bonds

De aprobar el Congreso una reforma a la ley que rige al Infonavit, éste empezaría a colocar a partir de junio de este 2010 los llamados Covered Bonds, cuyo esquema permite ampliar la captación por emisión. La posibilidad habla de 500 millones de dólares, frente a los 200 que tienen como tope los Certificados de Vivienda.

Bajo ese prisma el monto a recaudar para el instituto este año se elevaría de 10 a 15 mil millones de pesos.

De mal en peor

De acuerdo con la firma inglesa British Petroleum, entre 1998 y 2008 Petróleos Mexicanos perdió 45.14% de sus reservas probadas de crudo, lo que ubica a la paraestatal como la peor del planeta en el campo.

El monto perdido en barriles significa 10 mil millones. Lo inaudito del caso es que todavía en el sexenio foxista el discurso oficial hablaba, ¡válgame Dios!, de mantener las reservas petroleras más grandes del mundo.


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