lunes, 25 de enero de 2010

Cuba, su rostro verdadero y la mortalidad infantil

Wilkie Delgado Correa *

Adital -
"Que lo sepan los nacidos y los que están por nacer"

El primero de enero se cumplió el 51 aniversario del triunfo de la Revolución Cubana y como acontecimiento histórico que constituye la obra más trascendente y acabada del pueblo cubano a lo largo de sus duras batallas por la felicidad, sigue viva y en marcha, contra viento y marea y a pesar de todos los avatares y del cerco y asedio hostil de los Estados Unidos y de cuantas fuerzas retrógradas existen en el mundo.

A pesar también de la hecatombe política y social que significó el derrumbe del campo socialista europeo, Cuba existe, avanza y permanece igual que siempre, asombrosa y casi milagrosamente, ahora quizás más acompañada y admirada por los pueblos y países del mundo, a consecuencia de su vocación solidaria de abrirse al mundo y su posición de principios en la defensa de su independencia y soberanía, así como las de otras naciones.

Hoy más que nunca Cuba recibe, en reciprocidad, la solidaridad, el respeto y la gratitud del mundo que se abre a ella en gesto de amistad y hermandad.

Esta es la principal noticia que debería destacarse en los titulares de todos los medios de prensa del mundo, con los matices de contenidos mencionados.

El año que termina estuvo signado por múltiples crisis a nivel mundial, entre los cuales las principales fueron los derivados del cambio climático, la pandemia de influenza A(H1N1) y, por supuesto, la bancarrota del sistema económico y financiero del capitalismo neoliberal global. Todos estos hechos tuvieron sus repercusiones políticas y sociales en mayor o menor grado en todos los países, con afectaciones al bienestar y la existencia de los individuos y, en especial, de la infancia, uno de los sectores más vulnerables de la sociedad.

Si a lo anterior se añade, en el caso de Cuba, el incremento del bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos, implantado desde hace más de cincuenta años, se comprenderá que los resultados de Cuba en muchas esferas y, en particular, en el de la mortalidad infantil, constituye una hazaña y un prodigio del amor y la dedicación puestos en función de salvar vidas tanto en su interior, así como en el exterior mediante la colaboración medica con decenas y decenas de países.

Por tanto, la gran prensa internacional que no descansa en su papel de propagar calumnias e infamias sobre Cuba, que utiliza cualquier pretexto para inventar noticias escandalosas que produzcan la sensación de que algo horrible sucede en el país y que la Revolución agoniza, seguramente guardará silencio y pondrá una mordaza a verdades como éstas que lanza el nuevo año a los vientos de la opinión pública internacional.

¡Cuba alcanzó en el 2009 una tasa de mortalidad infantil de 4,8 por mil nacidos vivos, similar al 4,7 del año 2008!

¡Cuba, según la UNICED, supera, con su tasa de 4,8, a todos los países de las Américas en el indicador de la mortalidad infantil, que presenta cifras de 6 y 7 respectivamente en Canadá y los Estados Unidos, y rangos entre 10 y 54 en el resto de los países!

¡En síntesis, Cuba superó a los Estados Unidos en el indicador internacional que refleja o mide la calidad con que una sociedad atiende y protege integralmente a sus niños, su salud y desarrollo!

¡Cuba salva a sus niños en una tasa superior a los Estados Unidos, a pesar de que ese país priva a los niños cubanos del acceso, mediante un bloqueo genocida, a medicamentos, dispositivos y tecnologías propias para el tratamiento ante situaciones críticas y extremas de los niños!

Si alguien piensa que un resultado semejante en el indicador de mortalidad infantil es un hecho azaroso o de suerte, es bueno recalcarle que es expresión de una lucha tenaz por la vida que sólo alcanza su éxito pleno mediante una correcta política gubernamental, la calidad, acceso y eficiencia de los servicios del sistema nacional de salud, la integralidad de las acciones de todos los sectores de la sociedad, el grado de desarrollo humano y social, el nivel alcanzado por una cultura y una moral al servicio de la existencia humana, y un interés y desvelo materializado cada día del año.

A mayor abundamiento sobre este tema y de cómo se ha comportado este indicador en el período de 50 años en Cuba, a partir del año 1960, reflejamos su evolución en los 5 decenios. En el primer decenio del 60 al 69, la mortalidad infantil alcanzó un valor promedio de 39, con rangos anuales que oscilaron entre 46,7 y 36,4. En el decenio siguiente el promedio fue de 27 con rangos entre 38,7 y 19,4. En el decenio 80 a 89 el promedio fue de 15 y con rangos entre 19,6 y 11,1; en el decenio 90-99 el valor promedio fue de 8,9 con rangos entre 10,7 y 6,5; y en el último decenio 2000 - 2009 el promedio fue de 5,8 con rangos entre 7,4 y 4,7.

En conclusión se lograron reducciones en la mortalidad infantil de 12 unidades en el segundo decenio con respecto al primero e igual reducción en el tercero con respecto al segundo. Mientras que en los dos últimos decenios, respecto a los anteriores, las reducciones fueron respectivamente de 6 y 3 unidades de la tasa.

¿Cuánto significa esto en vidas de niños salvados gracias a la Revolución Cubana?

En fin, que detrás de estos resultados alcanzados en medio siglo, existe una obra de inmensa dimensión humana, salvadora por definición, que refleja el rostro verdadero de la Cuba revolucionaria.

Y si se tratara de reflejar con adjetivos toda la obra fecunda de Cuba y su Revolución, para representar su verdadera imagen y alma, habría que decir que además de salvadora, es solidaria, generosa, fraterna, humanitaria, humanista, digna, rebelde, heroica, veraz, pura, creadora, equitativa, internacionalista, antiimperialista, socialista, anticolonialista, antiterrorista, ecologista, valiente, justa, pacífica, democrática, independiente, soberana, insobornable, culta, principista, ética, libre, liberadora e invicta.

Detrás de cada uno de estos adjetivos o atributos existe un contenido por definición, y ,en el caso en que son aplicados, hay un respaldo de hechos y realidades que han estado presentes en el cuerpo y el alma del pueblo cubano que ha construido la Revolución durante su trayectoria de más de cincuenta años.


* Doctor em Ciências Médicas. Profesor de Mérito

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