martes, 29 de diciembre de 2009

Rendición de cuentas

Alejandra Cullen Benítez

December 29, 2009

La opinión de los columnistas, aunque difícil de medir, afecta la imagen de individuos e instituciones. Sergio Aguayo escribió un excelente artículo sobre el trabajo de los columnistas, al que sólo agregaría la obligación del escritor de hacerse responsable del impacto de sus textos.

Por ser el último martes del año, haré una reflexión sobre las principales ideas aquí expresadas vistas en retrospectiva. Es un intento de rendir de cuentas a los lectores.

La crítica predominante fue al modelo económico y a la pésima respuesta que frente a la crisis tuvo la SHCP de Carstens. La irrealidad de sus proyecciones, su falta de imaginación y dogmatismo y su incapacidad para instrumentar políticas contra-cíclicas hace de México, aunque lo niegue, el país con peor manejo de la crisis.

En enero, el secretario proyectaba una caída del PIB de 0.5%. El desplome será casi de 8%. Nadie le daría un bono de fin de año. No buscó la reactivación económica porque nunca aceptó el golpe. Su fijación en los mercados financiaros opacó su visión sobre la economía real a la que sacrificó por una insostenible calificación crediticia. Salió de SHCP y para garantizar a Banxico un mediocre desempeño de la política monetaria. Ojalá Cordero entienda la urgencia de cambiar el modelo.

El análisis sobre la errática forma de gobernar de Felipe Calderón fue considerado injusto y miope, bajo el argumento de que la política económica del desarrollo mexicano rebasa las características del temperamento del presidente. Hoy, sigo creyendo que allende las complejidades de la economía política, la falta de liderazgo, la necedad, la ambigüedad y la sobreprotección a los amigos del presidente generan un contagioso descontrol, y corrupción en el gabinete. Calderón no parece consciente del peso de sus palabras y acciones.

Estuve en desacuerdo con la sangrienta guerra contra el narcotráfico y la ausencia de estrategia para la prevención del consumo de drogas. Mi postura se radicalizó ante las atrocidades del cierre del año, la propaganda gubernamental de su guerra, el abuso a derechos humanos de culpables e inocentes y los prospectos de legalización de marihuana. La priorización del tema a costa del desarrollo económico y social, y la falta de coordinación entre García Luna, y las Secretarias de Defensa y Marina son lamentables y generan suspicacia.

Sigo creyendo que “para que la droga no llegue a tus hijos” no necesitan matar vendedores de droga. Hay que educar a los jóvenes, generar empleos, desarrollar espacios públicos: hay que dar alternativas al consumo de estupefacientes. La violencia sólo genera más violencia.

Durante el periodo electoral enfaticé mi apuesta por el voto nulo con ejemplos locales y nacionales de la distancia de legisladores y ciudadanos. Éste movimiento fue una de las señales más positivas del 2009. Fue una muestra de cansancio de la ciudadanía y una reacción a los abusos e indiferencia de las autoridades locales y de los poderes legislativos.

El DF registró casi 11% de voto nulo y a nivel nacional se alcanzó más del 5%. Con todas sus limitaciones, el Presidente, aunque en un pésimo momento, envió una propuesta de reforma política que incluye algunas de las exigencias ciudadanas. Los legisladores también parecen más atentos a nuestras peticiones. Difícilmente antepondrán sus intereses a los ciudadanos, pero el diálogo se abrió.

El triunfo fue abrir una vía legal para que la ciudadanía se expresara. Cada vez más votantes entienden que pueden influir en las decisiones públicas. Las redes sociales como “twitter” han sido de gran utilidad.

Refuerzo mi creencia en la reelección legislativa y en alcaldías como herramienta fundamental para modificar los incentivos de representantes y representados. Muchos seguirán obedeciendo a su partido pero se abrirá el espacio para aquellos que realmente quieren cambiar el rumbo de sus localidades.

Los partidos querrán mandar la propuesta al tintero. La pelota está en nuestras manos para mantener el tema en la agenda, exhibir sus intereses y luchar por la apertura de nuevas vías de expresión ciudadana para que los votantes nos convirtamos en ciudadanos.

En algunas ocasiones, la información posterior a los textos desarticuló mis argumentos. En el caso Le Barón, existía una cohabitación de la comunidad con el narco que modifica la interpretación de la masacre. Sobre Ecuador, el “latinobarómetro” asignó un pésimo desempeño casi en todas las mediciones de sociedad civil. Aunque, destaca que en tres ocasiones, los ecuatorianos cambiaron pacíficamente a su gobierno.

Este año fue difícil, pero las crisis son oportunidades, la ciudadanía avanzó. El año entrante, continuarán las complicaciones económicas y la sangre no dejará de correr. Este gobierno carece de narrativa y de agenda, pero podemos armarlas desde otro frente y hacer del 2010 el año de la revolución ciudadana.

Con los aciertos y errores de mis textos, agradezco a mis lectores su apoyo, críticas y comentarios. Buscaré que este espacio contribuya a la reflexión y a despertar la consciencia de lo que podemos hacer con y a pesar de nuestros gobernantes.

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