Julio Hernández López: Astillero
Tan insustancial fue el paso de Juan Camilo Mouriño por la política nacional (salvo en asuntos de negocios familiares y grupales) que de nada sirvieron los patéticos esfuerzos hechos un año atrás por su personalísimo promotor, Felipe Calderón, para elevarlo a los altares de la (¿Madre?) Patria, sobre todo en aquellas fechas institucionalmente deplorables en que el dolor íntimo del ocupante de Los Pinos fue convertido en desproporcionados e irracionales ceremoniales fúnebres de Estado.
El mouriñismo, si es que en algo que no fuera mercantil se hubiera llegado a concretar, es hoy solamente un estado de ánimo de Felipe Calderón, pues los miembros del frívolo círculo político-empresarial que en derredor del secretario de gobernación se formó han ido siendo remplazados o viven tal situación de ineficacia y grisura que en ningún sentido pueden ser considerados un grupo, una corriente o una ideología que subsistiera a la muerte de su fundador. Tan desvanecido está el supuesto capital político del nacido en Madrid, educado en Florida y avecindado en Campeche, que falló totalmente la desbocada pretensión felipista de entregar el gobierno sexenal de ese sureño estado a la familia del difunto, encabezada por el padre especializado en trocar en ganancia económica los asuntos políticos. El aparato administrativo federal asentado en Campeche fue volcado en favor de un candidato panista a gobernador que se asumía como continuador de la línea política de Juan Camilo, y el director de la Lotería Nacional, Miguel Ángel Jiménez, rompió formas y leyes al ir personalmente a la capital de esa entidad a negociar propaganda para el candidato panista que debería ser facturada como si fuera publicidad de la que ha sido caja chica de Los Pinos y ahora está concesionada a Elba Esther Gordillo. A escala nacional, el homenaje electoral a Mouriño, a quien se pretendió convertir en una especie de santo patrono blanquiazul, quedó en el fracaso tan sabido del pasado julio.
Pero, a pesar de todo, tomando como referente sólo sus sentimientos individuales, Felipe Calderón encabezará mañana un homenaje nacional al mencionado Juan Camilo en la sede del PAN. El México que administra el panismo-felipismo a un año de la muerte de quien fue el favorito de Los Pinos es notablemente peor, en términos generales, como nación, pero también para ese grupo político que se hizo del poder formal del país y que hoy está derrotado en términos políticos, electorales, sociales, económicos y éticos. Más que alocuciones encendidas y encumbramientos artificiales, Calderón le haría mucho bien a la memoria de su amigo muerto, y a la salud pública de la nación, si informara algo más firme y convincente de lo que en su momento se dio a conocer respecto a las presuntas causas del desplome del avión en que viajaba de San Luis Potosí a la ciudad de México el entonces encargado de Bucareli. Nunca explicado sin dejar lugar a extendidas especulaciones, más bien con premura deseosa de instalar a toda costa la versión del accidente, con la participación estelar de personajes tan impugnables como Luis Téllez, lo sucedido un año atrás forma parte de la agenda oscura de un gobierno fáctico que ha sido turbio, violento y desastroso.
Astillas
En una zona riquísima del norte del país ha surgido la figura del vengador justiciero que para combatir a la delincuencia está dispuesto a transgredir la legalidad y a actuar conforme a sus personalísimos criterios. Mauricio Fernández ha tomado posesión de la presidencia del municipio de San Pedro Garza García, en la mancha urbana que tiene a Monterrey como principal punto de referencia. Fernández es un panista multimillonario que forma parte de la elite económica y social de Nuevo León y ya había hecho ruido meses atrás al dar a entender que él había pactado con el narcotráfico para mantener la paz en ese mismo municipio, la primera vez que lo gobernó. Luego de ser electo por segunda vez como alcalde, Fernández anunció que integraría un equipo de limpieza que actuaría con espíritu rudo para someter a la delincuencia desbordada. Héctor Saldaña, conocido como El Negro, líder de uno de los grupos de secuestradores de esa localidad, había advertido que tomaría represalias contra Fernández, quien el sábado anterior, en el marco de su toma de protesta, dijo: “Por cierto, ahorita me acaban de informar que El Negro Saldaña, quien aparentemente es el que estaba pidiendo mi cabeza, hoy amaneció muerto en el Distrito Federal y era el primer cabeza de secuestros en San Pedro Garza García”. El asesinato de cuatro personas, entre ellas El Negro Saldaña, fue en el Distrito Federal, y la policía capitalina tomó nota de los hechos cuatro horas después del anuncio hecho por Fernández. Los muertos tenían cartulinas e inscripciones que decían Por secuestradores y referencias bíblicas, igual que había sucedido en octubre con otros delincuentes asesinados en el mismo San Pedro. El alcalde Fernández dijo en su discurso: Les anuncio que me voy a tomar atribuciones que no tengo, porque vamos a agarrar el toro por los cuernos (...) Quiero dejar por demás claro: en el tema de drogas lo confrontaremos frontalmente y cualquier lugar que se tenga noticia de su venta será combatido por este gobierno municipal. No vamos a necesitar ni al estatal ni al federal. Directamente le vamos a entrar. Aquí la van a entender por las buenas o por las malas: no aceptamos ningún tipo de secuestros en San Pedro Garza García y la pagarán con su propia cara. Ayer, el vengador Fernández insistió en que “vamos a hacer una limpia completa, si hay más gente que trabajaba con él (El Negro Saldaña), de los más obvios, por eso ahorita estamos tratando de desaparecer a todos”. ¿Ha nacido un Fox empistolado para 2012? ¿Es un ensayo civil de supresión de la de por sí precaria legalidad? ¿Se extenderán los escuadrones de la muerte con sus multimillonarios capitanes?...
Y, mientras empieza el jaloneo por el ejercicio presupuestal, ¡hasta mañana, en esta columna de azúcar calavera!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
Tan insustancial fue el paso de Juan Camilo Mouriño por la política nacional (salvo en asuntos de negocios familiares y grupales) que de nada sirvieron los patéticos esfuerzos hechos un año atrás por su personalísimo promotor, Felipe Calderón, para elevarlo a los altares de la (¿Madre?) Patria, sobre todo en aquellas fechas institucionalmente deplorables en que el dolor íntimo del ocupante de Los Pinos fue convertido en desproporcionados e irracionales ceremoniales fúnebres de Estado.
El mouriñismo, si es que en algo que no fuera mercantil se hubiera llegado a concretar, es hoy solamente un estado de ánimo de Felipe Calderón, pues los miembros del frívolo círculo político-empresarial que en derredor del secretario de gobernación se formó han ido siendo remplazados o viven tal situación de ineficacia y grisura que en ningún sentido pueden ser considerados un grupo, una corriente o una ideología que subsistiera a la muerte de su fundador. Tan desvanecido está el supuesto capital político del nacido en Madrid, educado en Florida y avecindado en Campeche, que falló totalmente la desbocada pretensión felipista de entregar el gobierno sexenal de ese sureño estado a la familia del difunto, encabezada por el padre especializado en trocar en ganancia económica los asuntos políticos. El aparato administrativo federal asentado en Campeche fue volcado en favor de un candidato panista a gobernador que se asumía como continuador de la línea política de Juan Camilo, y el director de la Lotería Nacional, Miguel Ángel Jiménez, rompió formas y leyes al ir personalmente a la capital de esa entidad a negociar propaganda para el candidato panista que debería ser facturada como si fuera publicidad de la que ha sido caja chica de Los Pinos y ahora está concesionada a Elba Esther Gordillo. A escala nacional, el homenaje electoral a Mouriño, a quien se pretendió convertir en una especie de santo patrono blanquiazul, quedó en el fracaso tan sabido del pasado julio.
Pero, a pesar de todo, tomando como referente sólo sus sentimientos individuales, Felipe Calderón encabezará mañana un homenaje nacional al mencionado Juan Camilo en la sede del PAN. El México que administra el panismo-felipismo a un año de la muerte de quien fue el favorito de Los Pinos es notablemente peor, en términos generales, como nación, pero también para ese grupo político que se hizo del poder formal del país y que hoy está derrotado en términos políticos, electorales, sociales, económicos y éticos. Más que alocuciones encendidas y encumbramientos artificiales, Calderón le haría mucho bien a la memoria de su amigo muerto, y a la salud pública de la nación, si informara algo más firme y convincente de lo que en su momento se dio a conocer respecto a las presuntas causas del desplome del avión en que viajaba de San Luis Potosí a la ciudad de México el entonces encargado de Bucareli. Nunca explicado sin dejar lugar a extendidas especulaciones, más bien con premura deseosa de instalar a toda costa la versión del accidente, con la participación estelar de personajes tan impugnables como Luis Téllez, lo sucedido un año atrás forma parte de la agenda oscura de un gobierno fáctico que ha sido turbio, violento y desastroso.
Astillas
En una zona riquísima del norte del país ha surgido la figura del vengador justiciero que para combatir a la delincuencia está dispuesto a transgredir la legalidad y a actuar conforme a sus personalísimos criterios. Mauricio Fernández ha tomado posesión de la presidencia del municipio de San Pedro Garza García, en la mancha urbana que tiene a Monterrey como principal punto de referencia. Fernández es un panista multimillonario que forma parte de la elite económica y social de Nuevo León y ya había hecho ruido meses atrás al dar a entender que él había pactado con el narcotráfico para mantener la paz en ese mismo municipio, la primera vez que lo gobernó. Luego de ser electo por segunda vez como alcalde, Fernández anunció que integraría un equipo de limpieza que actuaría con espíritu rudo para someter a la delincuencia desbordada. Héctor Saldaña, conocido como El Negro, líder de uno de los grupos de secuestradores de esa localidad, había advertido que tomaría represalias contra Fernández, quien el sábado anterior, en el marco de su toma de protesta, dijo: “Por cierto, ahorita me acaban de informar que El Negro Saldaña, quien aparentemente es el que estaba pidiendo mi cabeza, hoy amaneció muerto en el Distrito Federal y era el primer cabeza de secuestros en San Pedro Garza García”. El asesinato de cuatro personas, entre ellas El Negro Saldaña, fue en el Distrito Federal, y la policía capitalina tomó nota de los hechos cuatro horas después del anuncio hecho por Fernández. Los muertos tenían cartulinas e inscripciones que decían Por secuestradores y referencias bíblicas, igual que había sucedido en octubre con otros delincuentes asesinados en el mismo San Pedro. El alcalde Fernández dijo en su discurso: Les anuncio que me voy a tomar atribuciones que no tengo, porque vamos a agarrar el toro por los cuernos (...) Quiero dejar por demás claro: en el tema de drogas lo confrontaremos frontalmente y cualquier lugar que se tenga noticia de su venta será combatido por este gobierno municipal. No vamos a necesitar ni al estatal ni al federal. Directamente le vamos a entrar. Aquí la van a entender por las buenas o por las malas: no aceptamos ningún tipo de secuestros en San Pedro Garza García y la pagarán con su propia cara. Ayer, el vengador Fernández insistió en que “vamos a hacer una limpia completa, si hay más gente que trabajaba con él (El Negro Saldaña), de los más obvios, por eso ahorita estamos tratando de desaparecer a todos”. ¿Ha nacido un Fox empistolado para 2012? ¿Es un ensayo civil de supresión de la de por sí precaria legalidad? ¿Se extenderán los escuadrones de la muerte con sus multimillonarios capitanes?...
Y, mientras empieza el jaloneo por el ejercicio presupuestal, ¡hasta mañana, en esta columna de azúcar calavera!
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El botin
Estamos en crisis, pero aun así será de 3 billones 179 mil millones de pesos el botín que el gobierno tendrá a su disposición el año próximo, gracias a los nuevos impuestos. Según los cálculos iniciales, supera con casi 8 mil millones el propuesto original de Calderón. De ahí saldrán las millonadas para gobernadores, partidos politicos, capos del Congreso, ministros de la Corte, alta burocracia, líderes de sindicatos adictos al régimen y los contratos para empresarios amigos. ¡Jauja, en momentos en que la población sufre los efectos de la devaluación!
Tiempo de cínicos
Apenas comenzaba la discusión del reformón fiscal cuando el PRI hizo publicar en algunos diarios, a página completa, una serie de compromisos por los que se obligaba a defender a los ciudadanos. Metió reversa. Cuando se votó en el Senado la catarata de impuestos, los priístas se salieron de la reunión, supuestamente para salvar su responsabilidad y dejar el peso de la decisión al calderonismo. Por ahí alguien los llamó maricones, ya ven que la finura no es algo que adorne los atributos de la clase política mexicana. El diputado Francisco Rojas dice que no son tan maricones y que su partido asume los costos políticos de apoyar el aumento, ante la necesidad de privilegiar el interés de México. ¿Y cuándo llegará el día en que políticos enriquecidos como Rojas carguen con el costo económico y nos permitan a los contribuyentes cargar con el costo político?
Carlos Fernández-Vega: México SA
En estos tiempos de anorexia fiscal, alud de impuesto a los causantes cautivos y shock de las finanzas públicas, surge ostentoso, provocador y verdaderamente abominable el proceder de los grandes corporativos que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores: al cierre del tercer trimestre del presente año, 60 de ellos acumularon 232 mil millones de pesos no pagados al fisco por concepto de impuestos diferidos, es decir, un monto casi ocho veces superior al que la Secretaría de Hacienda obtendría por el incremento a la tasa del IVA (de 15 a 16 por ciento) aprobado por los mismos legisladores que prometieron a sus electores no aumentarles la carga tributaria si los favorecían con el voto.
¿Qué hacer con un gobierno que exige un mayor sacrificio tributario a sus ciudadanos para (versión oficial) sacar del hoyo a las finanzas públicas, y paralelamente permite a los grandes corporativos no sólo eludir y evadir legalmente al fisco, sino que les concede gruesos créditos fiscales que suelen no saldarse? ¿Qué hacer con un país que ya no aguanta ese ritmo, ni a quienes lo imponen? Doscientos treinta y dos mil millones de pesos permanecen lejos, muy lejos de las arcas nacionales en medio de la peor crisis del México moderno (así le llaman), con el consentimiento de quienes están obligados, por ley a proteger los intereses nacionales. Resulta aberrante.
De acuerdo con sus propios balances financieros, al cierre del tercer trimestre de este agitadísimo año, 60 corporativos que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores reportan impuestos diferidos (causados, pero no enterados) por 232 mil millones de pesos, un monto superior al presupuesto asignado a la educación pública en el país, o si se prefiere, casi seis veces mayor al subsidio que se canalizaba a Luz y Fuerza del Centro y que motivó al inquilino de Los Pinos (según la versión oficial) a decretar la extinción de esa paraestatal y dejar en la calle a 45 mil trabajadores.
La Jornada denunció ayer que el sector privado adeuda 453 mil millones de pesos en créditos fiscales, de acuerdo con reportes de la Secretaría de Hacienda. Pues bien: la mitad de ese monto lo concentran 60 consorcios que cotizan en la Bolsa Mexicanas de Valores, donde de por sí no pagan impuestos. Los nombres de empresas y empresarios beneficiados con estas prácticas son más que conocidos: son los mismos que en los últimos 30 años han aparecido como usufructuarios del erario nacional, por medio de jugosos contratos, oportunos rescates, abundantes subsidios cambiarios, felices ganadores del circuito privatizador, etcétera, etcétera.
Lo primero que salta a la vista es el adeudo al fisco por impuestos diferidos de las empresas pertenecientes al hombre más rico de México y el tercero a nivel mundial: 70 mil 659.12 millones de pesos por ese concepto, distribuidos de la siguiente manera (todas las cifras son millones de pesos): Grupo Carso (4 mil 141.36), América Móvil (20 mil 540.06), Telecom (23 mil 284.72), Telmex (15 mil 417.16) y Telmex Internacional (7 mil 275.82).
Cemex, la empresa de Lorenzo Zambrano que se metió a especular con derivados y lo reventaron, que se le pasó la mano comprando cementeras aquí y allá, y que goza del crédito gubernamental para salir del hoyo, adeuda al fisco 38 mil 443.41 millones de pesos por impuestos diferidos. En orden de importancia le sigue Grupo México, el mismo de Pasta de Conchos, Cananea y el embate contra los mineros: su presidente y dueño es Germán Larrea Mota Velasco, hombre Forbes igual que los dos anteriores, y el consorcio adeuda al fisco 11 mil 183.3 millones de pesos.
En esa tercia de magnates y sus consorcios se concentra casi 52 por ciento de los 232 mil millones de pesos que 60 corporativos adeudan al fisco mexicano (cierre del tercer trimestre de 2009) por concepto de impuestos diferidos. Pero hay más deudores, igual de conocidos que los citados. Por ejemplo, Grupo Modelo, la cervecera nacional con mayores exportaciones del vital líquido, le debe al SAT 8 mil 222.37 millones de pesos, mientras Coca-Cola Femsa adeuda 2 mil 205.12 millones y Bachoco –el de los huevos del ex gobernador de Sonora– mil 868.93 millones.
Televisa (exentada fiscalmente en la ley de ingresos 2010 para que participe a gusto en su nuevo negocio) debe al fisco 2 mil 284.4 millones de pesos en impuestos diferidos; Tv Azteca es más modesta: debe 254.23 millones, pero si se incorpora el negocio de los abonos chiquitos, Elektra, entonces el saldo fiscal crece a 3 mil 365 millones. Industrias Peñoles y Grupo Palacio de Hierro (ambos propiedad de Alberto Bailleres, otro de los Forbes mexicanos) conjuntamente adeudan al fisco 6 mil 124.14 millones; ICA (el consorcio beneficiario de las concesiones carreteras salinistas, el rescate zedillista y las nuevas concesiones calderonistas) adeuda 2 mil 351 millones de pesos en impuestos diferidos, mientras el Grupo Posadas no ha pagado mil 373.96 millones por el mismo concepto.
En materia de supermercados, Wal-Mart, la explotadora de mano de obra infantil por excelencia, debe al fisco 5 mil 252 millones de pesos, y Soriana (que no hace mucho se quedó con la cadena Gigante) adeuda 7 mil 508.94 millones por impuestos diferidos. En tiendas departamentales ya citamos a Palacio de Hierro, pero Liverpool no se queda atrás: debe 3 mil 977.7 millones de pesos por el concepto referido.
Kimberly (presidida por Claudio X. González Laporte, el mismo que propuso un impuesto de 3 o 4 por ciento a medicinas y alimentos, y que destacó la urgencia y necesidad de que los mexicanos pagaran más impuestos) adeuda al fisco mil 869. En el mismo tenor, Altos Hornos de México, que encabeza Alonso Ancira, no ha pagado 6 mil 666 millones en impuestos; Grupo Industrial Bimbo (de la siempre pía familia Servitje, la cual tiene para financiar campañas electorales, pero no para pagar sus obligaciones fiscales) debe mil 848.4 millones de pesos por impuestos diferidos; Grupo Alfa de Monterrey no ha pagado 3 mil 809.6 millones; el Grupo Aeroportuario del Centro-Norte debe mil 128.73; y Realtur, propiedad de Olegario Vázquez Raña –el favorito de la feliz pareja Vicente Fox-Marta Sahagún–, no ha pagado mil 302.24 millones.
Se acabó el espacio, pero mañana seguimos con nombres y montos, mientras los contribuyentes cautivos se acostumbran a saltarse una comida, o varias, según atinada recomendación de Ernesto Cordero, secretario de Desarrollo Social.
Las rebanadas del pastel
Ayer en este espacio tanto se comentó de comer, engullir, deglutir, devorar y conexos (siempre en relación a los dineros públicos), que suponemos provocó el hambre de algún duende de imprenta, quien sin más decidió zamparse las rebanadas del pastel.
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