EL NUEVO HERALD advierte que un agente de inteligencia cubano convicto por infiltrar la Base Aérea y Naval de Boca Chica en Cayo Hueso vio reducida su sentencia de cadena perpetua a 22 años. Antonio Guerrero fue encontrado culpable de espionaje -si bien no fue capaz de obtener o pasar secretos a sus jefes en La Habana- en 2001, durante el juicio que se le siguió a cinco cubanos acusados de pasar secretos a la isla. Originalmente habia sido condenado a cadena perpetua pero llegó a un acuerdo con fiscales federales para reducir su sentencia a 20 años. Sin embargo la jueza de distrito Joan Lenard rechazó la propuesta por ser demasiado suave y sentenció a Guerrero a 21 años y 10 meses. Lenard subrayó que si bien Guerrero no obtuvo secretos del gobierno estadounidense “toda la evidencia indica que él estaba buscando hacerlo”. La juez consideró que la sentencia era “razonable y justa y refleja la seriedad de la ofensa”. El año pasado Lenard fue criticada por la Corte de Apelaciones del 11avo Circuito, basada en Atlanta, por imponerle a Guerrero la sentencia de por vida, que la Corte consideró excesiva a la luz de que no hay evidencias suficientes de daños a la seguridad nacional, señala EL NUEVO HERALD.
Por su parte, la prensa estatal de la isla reaccionó a la nueva condena argumentando que no es “absurdamente exagerada” como la cadena perpetua anterior, pero “es también injusta”. “Aunque no es tan absurdamente exagerada como la anterior es también injusta”, dijeron los sitios digitales oficialistas Antiterroristas y Cubadebate, los que aseguraron, no obstante, que la rebaja es “resultado de la solidaridad internacional y del tenaz esfuerzo de su abogado defensor, el norteamericano Leonard Weinglass”.
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