Murió el escritor Carlos Montemayor
Fue un destacado creador, militante activo del pensamiento crítico y luchador de la justicia social.
La Jornada en línea
Publicado: 28/02/2010 09:58
México, DF. El escritor, traductor, ensayista e integrante de la Academia Mexicana de la Lengua, Carlos Montemayor falleció este domingo a las 3:35 horas después de una larga batalla contra el cáncer.
Al momento de su deceso, en el Instituto Nacional de Cancerología, Montemayor estuvo acompañado de sus familiares, quienes señalaron que el escritor pidió privacidad desde que le fue diagnosticado el padecimiento.
La noche de este domingo las cenizas de Montemayor llegaron a la sede de la Academia Mexicana de la Lengua (AML), donde familiares, amigos, intelectuales y académicos rinden un homenaje. Posteriormente los restos del escritor serán llevados a Parral, Chihuahua.
A la capilla fúnebre habilitada en la casa que ocupa la AML, en esta ciudad llegaron la astrónoma Julieta Fierro, el editor Jaime Labastida, el periodista Miguel Angel Granados Chapa, la escritora Margo Glantz, el poeta Vicente Quirarte, el director del Canal 22 de televisión, Jorge Volpi, y la titular del Conaculta, Consuelo Sáizar,
entre otros.
Igualmente, el director del Fondo de Cultura Económica (FCE), Joaquín Diez-Canedo, quien recordó que esta editora ya publicó el primer volumen de sus novelas y está por entrar a prensa el segundo. Era un hombre de gran vitalidad y muy prolífico y no dudo que tuviera algo inédito", comentó.
Por su parte, Emilio, al ofrecer unas palabras ante los restos de su padre, recordó que œhace cuatro meses se enteró de su enfermedad y de inmediato se lo dijo a su familia. Quiso mantener esa información entre sus hijos, su esposa y sus hermanos; en ese tiempo, luchamos todos juntos contra su enfermedad".
De la Garza refirió, en ese sentido, que esos cuatro meses sirvieron a Carlos Montemayor para ordenar asuntos y, sobre todo, para convivir con su familia. El recuerdo de que su esposo siempre fue un hombre en toda la extensión de la palabra y era divertido", le arrebató una sonrisa en medio de su pena.
"Siempre se cree que los intelectuales son aburridos y, al menos él, no era nada aburrido; cantaba, bailaba, hablaba las lenguas que quería, tenía miles de proyectos, era una persona muy creativa y, sobre todo, un luchador incansable. Tras esas palabras, una fila de allegados le dio el pésame.
Montemayor, quien nació en 1947, se encontraba internado en dicho nosocomio desde el pasado lunes 22 de febrero a causa de un cáncer en el estómago que le fue diagnosticado hace algunos meses.
A Carlos Montemayor lo distinguió ser un singular luchador de la justicia social, militante activo del pensamiento crítico y un destacado creador.
Entre otros reconocimientos, Montemayor fue acreedor de los premios Internacional "Juan Rulfo", por su cuento "Operativo en el trópico"; "Xavier Villaurrutia", Las llaves de Urgell; "José Fuentes Mares", Abril y otras estaciones, y Colima de narrativa, Guerra en el paraíso.
El pasado 15 de diciembre, el académico recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes 2009 en el campo de Literatura y Lingüística.
Su más reciente trabajo creativo y multidisciplinario incluía -además de sus colaboraciones para La Jornada- la publicación el próximo martes 2 de marzo de su libro La violencia de Estado en México.
Como parte de su actividad por las causas sociales de nuestro país, Montemayor integró la Comisión de Intermediación con el periodista Miguel Ángel Granados Chapa, el arzobispo emérito Samuel Ruiz, el abogado Juan de Dios Hernández Monge, el académico Enrique González Ruiz, la senadora Rosario Ibarra de Piedra y el antropólogo Gilberto López y Rivas.
Este grupo tenía como fin promover el diálogo entre el Ejército Popular Revolucionario (EPR) y el gobierno federal, para tratar en particular el tema de la desaparición de dos de sus miembros, Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez, y fue formado a instancias del propio grupo armado.
La comisión se disolvió en abril de 2009 al considerar que no existía voluntad del gobierno federal para esclarecer la desaparición de Reyes Amaya y Cruz Sánchez.
El catedrático dominó el inglés, italiano, francés, griego arcaico, clásico y vulgar, y el latín en todas sus formas. Tradujo clásicos como las Odas de Píndaro y Carmina Burana.
Fue un destacado creador, militante activo del pensamiento crítico y luchador de la justicia social.
La Jornada en línea
Publicado: 28/02/2010 09:58
México, DF. El escritor, traductor, ensayista e integrante de la Academia Mexicana de la Lengua, Carlos Montemayor falleció este domingo a las 3:35 horas después de una larga batalla contra el cáncer.
Al momento de su deceso, en el Instituto Nacional de Cancerología, Montemayor estuvo acompañado de sus familiares, quienes señalaron que el escritor pidió privacidad desde que le fue diagnosticado el padecimiento.
La noche de este domingo las cenizas de Montemayor llegaron a la sede de la Academia Mexicana de la Lengua (AML), donde familiares, amigos, intelectuales y académicos rinden un homenaje. Posteriormente los restos del escritor serán llevados a Parral, Chihuahua.
A la capilla fúnebre habilitada en la casa que ocupa la AML, en esta ciudad llegaron la astrónoma Julieta Fierro, el editor Jaime Labastida, el periodista Miguel Angel Granados Chapa, la escritora Margo Glantz, el poeta Vicente Quirarte, el director del Canal 22 de televisión, Jorge Volpi, y la titular del Conaculta, Consuelo Sáizar,
entre otros.
Igualmente, el director del Fondo de Cultura Económica (FCE), Joaquín Diez-Canedo, quien recordó que esta editora ya publicó el primer volumen de sus novelas y está por entrar a prensa el segundo. Era un hombre de gran vitalidad y muy prolífico y no dudo que tuviera algo inédito", comentó.
Por su parte, Emilio, al ofrecer unas palabras ante los restos de su padre, recordó que œhace cuatro meses se enteró de su enfermedad y de inmediato se lo dijo a su familia. Quiso mantener esa información entre sus hijos, su esposa y sus hermanos; en ese tiempo, luchamos todos juntos contra su enfermedad".
De la Garza refirió, en ese sentido, que esos cuatro meses sirvieron a Carlos Montemayor para ordenar asuntos y, sobre todo, para convivir con su familia. El recuerdo de que su esposo siempre fue un hombre en toda la extensión de la palabra y era divertido", le arrebató una sonrisa en medio de su pena.
"Siempre se cree que los intelectuales son aburridos y, al menos él, no era nada aburrido; cantaba, bailaba, hablaba las lenguas que quería, tenía miles de proyectos, era una persona muy creativa y, sobre todo, un luchador incansable. Tras esas palabras, una fila de allegados le dio el pésame.
Montemayor, quien nació en 1947, se encontraba internado en dicho nosocomio desde el pasado lunes 22 de febrero a causa de un cáncer en el estómago que le fue diagnosticado hace algunos meses.
A Carlos Montemayor lo distinguió ser un singular luchador de la justicia social, militante activo del pensamiento crítico y un destacado creador.
Entre otros reconocimientos, Montemayor fue acreedor de los premios Internacional "Juan Rulfo", por su cuento "Operativo en el trópico"; "Xavier Villaurrutia", Las llaves de Urgell; "José Fuentes Mares", Abril y otras estaciones, y Colima de narrativa, Guerra en el paraíso.
El pasado 15 de diciembre, el académico recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes 2009 en el campo de Literatura y Lingüística.
Su más reciente trabajo creativo y multidisciplinario incluía -además de sus colaboraciones para La Jornada- la publicación el próximo martes 2 de marzo de su libro La violencia de Estado en México.
Como parte de su actividad por las causas sociales de nuestro país, Montemayor integró la Comisión de Intermediación con el periodista Miguel Ángel Granados Chapa, el arzobispo emérito Samuel Ruiz, el abogado Juan de Dios Hernández Monge, el académico Enrique González Ruiz, la senadora Rosario Ibarra de Piedra y el antropólogo Gilberto López y Rivas.
Este grupo tenía como fin promover el diálogo entre el Ejército Popular Revolucionario (EPR) y el gobierno federal, para tratar en particular el tema de la desaparición de dos de sus miembros, Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez, y fue formado a instancias del propio grupo armado.
La comisión se disolvió en abril de 2009 al considerar que no existía voluntad del gobierno federal para esclarecer la desaparición de Reyes Amaya y Cruz Sánchez.
El catedrático dominó el inglés, italiano, francés, griego arcaico, clásico y vulgar, y el latín en todas sus formas. Tradujo clásicos como las Odas de Píndaro y Carmina Burana.
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