jueves, 1 de diciembre de 2011

De machos y machistas… - Por Julio Ricardo Blanchet Cruz

Opiniones y Comentarios

De machos y machistas…

Si por ahí dicen que las cosas terminan como empiezan, entonces todo empezó con el desmadre; y por supuesto que así está terminando…

Me declaro abiertamente, aunque esto me traiga innumerables recordatorios familiares (que no sería la primera vez) abiertamente antifeminista…

Lo que de ninguna manera quiere decir que sea machista; sino un simple macho. Un macho similar a todos los que hay en La Madre Naturaleza, que protege y ve por su pareja y por su prole…

Siendo oportuno intercalar en este espacio, que fue Ludovico Ariosto, quien vergonzosamente para la humanidad entera, desde hace V Siglos sentenció “El hombre es el único animal que daña a su pareja”

Y todo este desmadre comenzó, desde mí muy personal punto de vista, cuando las mujeres, obligadas por la guerra y desamparadas por los beligerantes gobiernos, tuvieron que dejar sus casas y a sus hijos para trabajar en las factorías…

Y aunque nadie connotado lo haya dicho, las mujeres se convirtieron en las únicas madres que dejan la crianza de sus hijos en otras manos (los abandonan sería más propio) Y desde ese entonces las juventudes están literalmente desmadradas…

Cuando sobradamente es sabido que el trato que reciben de otras personas, sin importar quienes sean, aunque no reciban malos tratos, que en muchas ocasiones sí son objeto de ello, nunca será lo mismo que si permanecen con sus madres.

Valiendo hacer notar, que cuando un niño llega a su casa y grita ¡Papá! y nadie le responde, no pasa nada. Pero si grita ¡Mamá! y ella no atiende el llamado porque no está, esa casa es un desmadre…

En la Antigua Esparta, cuya influencia duró casi IX Siglos, las madres se dedicaban específicamente a la crianza de sus hijos; y los espartanos, no necesariamente escogían a sus esposas, sino escogían a la que sería la madre de sus hijos, que no es necesariamente lo mismo…

Cabiendo también comentar que los antiguos espartanos fueron esencialmente un pueblo sano. Sano y bello, pues finalmente la salud (que tiene su base en la alimentación) y la belleza, están íntimamente ligadas…

No en balde la legendaria Helena de Troya está considerada como el prototipo de la belleza femenina; y la exquisitez de las esculturas griegas, copiadas por el Renacimiento, siguen siendo modelo hasta nuestros días…

Quizás la solución al desmadre de mundo que vivimos, sea voltear hacia atrás y abrevar de la Historia…

Si los gobiernos, como sin duda los hay, decidieran proteger a las mujeres y su maravillosa maternidad. De tal suerte que no hubiera hijos no deseados, o simplemente aceptados, sino hijos deseados y amados…

Y si además a esos hijos se les alimentara sanamente (no artificialmente con comida procesada y en su mayor parte chatarra) y se les proporcionara la misma atención que las madres de La Naturaleza les dan a sus hijos, otra sería la situación…

Porque si muchos se preocupan por el mundo que les estamos dejando a nuestros hijos, tal vez sería más propio pensar en qué clase de hijos le estamos dejando a este Planeta…

Que finalmente, se quiera reconocer o no, La Tierra es la madre de todos y de todo cuanto existe. Si queremos acabar con este desmadre, deberemos empezar por respetar a nuestra Madre…

Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.

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