Washington asume un papel directo en la lucha contra cárteles
- Pretende además infiltrar a detectives privados en una corporación policiaca mexicana
Foto Reuters
Lunes 8 de agosto de 2011, p. 2
Nuevos agentes de la CIA (Agencia Central de Inteligancia de Estados Unidos), civiles del Pentágono, militares retirados y agentes de la DEA (agencia antidrogas) se están desplegando en México, al ampliar Washington su papel directo en la guerra antinarcóticos en el país vecino.
De hecho hasta está considerando emplear contratistas de seguridad privados, con iniciativas diseñadas para evadir leyes mexicanas que limitan la presencia de fuerzas de seguridad extranjeras en el país, reportó el periódico The New York Times.
En las semanas recientes un pequeño número de agentes de la CIA y civiles del Departamento de Defensa de Estados Unidos comenzaron a trabajar en una base militar en el norte de México, donde por primera vez oficiales de seguridad de ambos países trabajan conjuntamente en recaudar información y planear operaciones.
Por otro lado, también se contempla insertar un equipo estadunidense de contratistas privados dentro de una unidad policiaca antinarcóticos mexicana, informó el rotativo.
Funcionarios de ambos países indicaron al NYT que estas nuevas iniciativas han sido elaboradas de tal manera que evadirán las restricciones de las leyes mexicanas que prohíben a militares y policías extranjeros operar en territorio nacional.
En la base militar mexicana, un equipo integrado por menos de 24 agentes de la DEA y la CIA, junto con militares retirados del Comando Norte del Pentágono, instala un centro de inteligencia basado en el modelo de los centros de fusión
que Estados Unidos opera en Afganistán e Irak para vigilar a grupos insurgentes.
La iniciativa se desarrolló después de que se intensificó la violencia en Monterrey, Nuevo León, y de que el gobierno del presidente Felipe Calderón solicitó a sus contrapartes estadunidenses mayor acceso a tecnología sofisticada de vigilancia y a expertos. Después de meses de negociaciones, Estados Unidos estableció en las semanas recientes el centro de inteligencia en la base militar mexicana, cuya ubicación no fue revelada por el NYT, a solicitud de las autoridades estadunidenses.
El reportaje del diario, firmado por Ginger Thompson y publicado en la primera plana de su edición dominical, afirma que, con esta iniciativa, Washington cambia su papel tradicional de compartir información a estar más directamente involucrado en recaudarla
.
Los oficiales estadunidenses enfatizaron que jugarán un papel exclusivamente de apoyo a las autoridades mexicanas. Un oficial militar estadunidense declaró al rotativo que “los mexicanos están a cargo. Es su show. Sólo somos de apoyo técnico”.
Por otro lado, ex oficiales de la DEA informaron al NYT que ambos países evalúan una propuesta para insertar a un grupo de contratistas de seguridad privados –conformado, entre otros, por ex agentes de la DEA y ex integrantes de grupos especiales de las fuerzas armadas estadunidenses– en una unidad de policía antinarcóticos mexicana especializada, la misma que llevó a cabo el operativo en coordinación con la DEA para detener al capo José Antonio Hernández Acosta la semana pasada.
Aunque el periódico informa que esta medida aún no se ha aprobado, indicó que la labor del grupo estadunidense sería tener una especie de academia de capacitación dentro de la misma unidad, para ayudar a guiar operaciones a fin de que concluyan en procesos judiciales exitosos. De hecho, fiscales mexicanos también trabajarían con la unidad, según las fuentes estadunidenses.
Entre Afganistán y Colombia
Varios analistas de seguridad de ambos países comparan los desafíos de ayudar a México a reconstruir sus fuerzas de seguridad y sus instituciones civiles con retos parecidos a los de Afganistán, reporta Thompson, en los que Washington lucha junto a un socio al que necesita, pero en el que no confía del todo
. Recuerda que el nuevo embajador estadunidense en México llega desde un puesto diplomático en Kabul.
Pero, agrega, funcionarios del gobierno de Barack Obama descartan esa comparación con Afganistán y prefieren comparar la situación en México con la de Colombia hace unos 15 años. Estos funcionarios dicen que una de las lecciones que han aprendido es que en toda lucha contra el crimen organizado las cosas tienden a empeorar antes de mejorar.
El NYT indica que, a través de la Iniciativa Mérida, Estados Unidos ha otorgado capacitación a casi 4 mil 500 nuevos agentes de Policía Federal; ha ayudado a realizar intervenciones de telecomunicaciones, en el manejo de informantes y en el interrogatorio de sospechosos, como también en la entrega de helicópteros Blackawk. Además, en meses recientes ha realizado sobrevuelos de territorio mexicano con naves no tripuladas manejadas a control remoto (los llamados drones) para detectar narcotraficantes.
Las nuevas iniciativas, reporta Thompson, se llevan a cabo tres años después de que Estados Unidos incrementó su asistencia de seguridad a México a través de la Iniciativa Mérida (con un presupuesto de 1.4 mil millones de dólares, más otros millones del Departamento de Defensa). A la vez, también se impulsan estas iniciativas un año antes de elecciones federales en los dos países donde ambos presidentes y sus partidos podrían enfrentar cuestionamientos sobre la estrategia antinarcóticos que han implementado y sus resultados.
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