No se lo preguntaron. Pero, taimado como es, tampoco él lo dijo. ¿Qué empresas son las que “tributan” a Miguel Ángel Yunes Linares y a sus cómplices –quien le ha dado permiso para asaltar las arcas del ISSSTE, quienes con él “se van sobres” los recursos públicos– cantidades supermillonarias?
En materia de medicamentos, las empresas que “se caen” con Yunes y banda que le acompaña son Fármacos Especializados, de la famiglia Pérez Fayad; Farmacéuticos Maypo, de Carlos y Gustavo Arenas, y Ralca, de los hermanos Ramírez de Aguilar.
Ya sea en los procesos de adjudicación de medicamentos, ya sea en licitaciones, invitaciones o asignaciones estos empresarios “reparten” el 2% del ingreso.
Y se tiene detectado que el operador de la recaudación final es ni más ni menos que Manuel Muñoz Gánem, director Administrativo de ese Instituto, quien mantiene vínculos con Yunes Linares por una antigua relación que emocionalmente se ubica en lo filial.
Dos por ciento de cantidades que rebasan los 6 mil millones de pesos anuales. Más de 120 milloncejos cada uno de los ya casi cinco años del calderonato que, por supuesto, en nada son desdeñables.
Para cualquier otro funcionario de la fallida Administración de Felipe Calderón, tal cantidad –aún repartida entre varios cómplices– sería suficiente para un retiro más que holgado en lo económico, pero…
Si ya se han “embuchacado” más de 600 millones de pesos tan sólo por el concepto de medicamentos, ¿cuáles son entonces los incentivos de los directivos –el real, Yunes; y “el sobrino de Córdova Villalobos”– para generar el grave desabasto que existe en el Instituto?
Uno de ellos es el famoso programa Medicamento Express, que a través de SuperISSSTE surte las medicinas que no se encuentran en existencia, y por tanto no pueden ser surtidos en las farmacias de las clínicas y hospitales de la institución.
Este surtimiento se hace mediante la emisión de un “vale” que se genera en la unidad médica y es intercambiado por medicamento en la tienda.
En este proceso, además de SuperISSSTE, también participan las farmacias asociadas mediante Casa Saba, Nadro y Fármacos Especializados.
¿El secreto a voces? Que los precios a los que compra SuperISSSTE, dirigida ahora por Rogelio Ruiz y antes por otro policía –ahora secretario general del Instituto– Luis Felipe Castro Sánchez– son los del mercado privado.
Esto es aproximadamente entre 30 y hasta 180% más costoso que lo que adquieren a través de licitaciones, dependiendo de si los medicamentos son genéricos o negociados por la Comisión respectiva del ISSSTE.
¿La recompensa? En estos casos el reparto es mayor: Un suculento 5% entre las diversas áreas.
Sin embargo las mismas distribuidoras han hecho un boicot a seguir entregando, ya que es el momento que el ISSSTE no les ha pagado –dado el incremento brutal que ha vivido en su consumo– y sin embargo el “cobro de derechos” no ha disminuido.
¿Y qué otros negocios se cocinan desde las áreas médicas? ¿Cuánto más reciben estos venales funcionarios y ex funcionario, ahora en el papel de titititero?
Uno de ellos, el de los Servicios Integrales.
Con mucho, el más escandaloso fue el proceso de asignación del “Servicio Integral” de Laboratorio Clínico. Esta licitación fue asignada, pese a la oposición inicial del Órgano Interno de Control, a dos empresas: Instrumentos y Equipos Falcón, de Noé y Rolando Ramírez, y por otro lado, a Selecciones Médicas, de la Familia Pérez Fayad.
Estas dos empresas se repartieron al 50% la licitación para cubrir todos los servicios en todo el país, pero eso sí, para no molestarse y evitar problemas con los múltiples proveedores existentes, decidieron subcontratarlos, es decir, en la mayoría de los casos, los proveedores siguen siendo los mismos.
¿Y aquí cuál es el truco? Muy sencillo, los precios se elevaron hasta un 80%, porque el reparto es aún mayor: 14% que recauda a través de sus intermediarios el “papá adoptivo” Muñoz Gánem. Además del 6% adicional que se tiene que entregar a diversas áreas como la Médica, Delegaciones y Finanzas.
Este contrato a finales del año pasado fue adjudicado y firmado ya durante la fallida administración del actual director general, el compareciente ayer Jesús Villalobos.
Si tuvieran “las pilas puestas”, si no fuesen hilos de la manta de protección que desde Los Pinos se ha tendido para proteger a Yunes y banda que le acompaña, funcionarios de la Comisión Federal de Competencia y de la Secretaría de la Función Pública podrían hacer uso de sus facultades sancionatorias pues aquí hay buen material, sólo basta comprobar quienes son los patrones reales de los empleados que operan los Servicios Integrales. Si le rascan un poco, van a encontrar la respuesta en las muestras de inconformidad de los proveedores.
Y si desde aquí le rascamos un poco más, podemos ver también a Vitalmex, de Adrián Cervantes, el eterno rey de la cirugía laparoscópica en todas las dependencias del gobierno, que paradójicamente también es un importante proveedor para el Gobierno de Veracruz, desde la época en la que el titular fue Fidel Herrera.
¿Por qué, señores de la Función Pública y de Competencia, no comparan cuánto paga el Grupo Ángeles, por ejemplo, a sus proveedores del mismo servicio contra lo que paga el ISSSTE?
Les ahorro la investigación: ¡Pagan más del 200% de sobreprecio!
Y aún hay más…
Índice Flamígero: El “tío” del director del ISSSTE, Jesús Villalobos, anunció otra vez que dejará de ser ocupante de la Secretaría de Salud apenas inicie el otoño. Miguel Ángel Córdoba Villalobos, ya en precampaña por la gubernatura guanajuatense deja atrás un cochinero, cuando menos en la dependencia de la que es encargado su “sobrino” y de cuya Junta Directiva forma parte. Se va, pues, ¿tan tranquilo y ya?
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