Al no ocurrir el domingo pasado la jornada violenta que tanto se pronosticó y se temía en el estado de Guerrero con motivo de su proceso electoral para cambio de gobernador, con eso es suficiente para que no nada más hayan salido ganando los guerrerenses, independientemente del candidato que haya resultado ser el triunfador, sino que también ello permite que la sociedad mexicana que se mantuvo en suspenso, atenta a lo que sucediera ahí, haya pasado el trago amargo y respirado profundamente el aire que le da tranquilidad y confianza, al saber que sí es posible enderezar algo que empezaba a torcerse en una espiral peligrosa, de mayor violencia que la conocida habitualmente en las campañas políticas para la coacción del voto.
Dicho lo anterior, cabe preguntarse ¿hasta dónde el PRD es tan fuerte como para aplastar al PRI, como sucedió en Guerrero, y hasta dónde el PRI dejó de ser la mítica aplanadora que pretendía volver a ser para ganar a su antojo en cualquier lugar y, como en antaño, borrar del escenario electoral a sus competidores?
Vamos por partes, cierto, innegable, el PRD ganó coligado con el PT y el partido Convergencia la elección del domingo pasado en Guerrero, con su candidato Ángel Heladio Aguirre Rivero, quien por segunda vez será el próximo gobernador de ese estado. Pero para que se lograra ese triunfo, se combinaron algunos factores determinantes, entre otros, los que enseguida se mencionan:
Uno, muy importante, que Aguirre Rivera, renuncia al PRI, porque este partido lo excluyó para que fuera su candidato, lo cual significó que por ese simple hecho la mitad de los priistas guerrenses se fueran con él, a darle el apoyo en sus nuevas aspiraciones políticas, aunque éstos no hayan renunciado a su partido, con lo que el PRI, de inicio queda socavado, muy disminuido en Guerrero.
Dos, que Ángel Heladio Aguirre Rivero, actual Senador con licencia, y por haber sido cuatro años Gobernador sustituto en Guerrero, ahí le subsistía un enorme capital político que lo arropó cuando renuncia al PRI, y que sustancialmente se reflejó a su favor durante la campaña electoral al notarse ésta poco más fuerte que la de su adversario Manuel Añorve, candidato priista.
Tres, al convertirse Aguirre Rivero en candidato del PRD, implicó que recibió el respaldo de un partido que gobierna Guerrero, y que tan solo por ese hecho absorbe las ventajas propias que da el poder, aún cuando la gestión del gobernante actual, Zeferino Torre Blanca sea muy cuestionada por lo desacertada que ha sido.
Cuatro, que el Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, hizo suya la candidatura de Aguirre Rivero, lo que significó que trasladó a Guerrero sus operadores políticos y las estructuras electorales y de promoción al voto que estuvieron a su alcance, sin escatimar recursos económicos, con lo cual le dio un enorme espaldarazo al aspirante, en ese momento, a la gubernatura por el PRD, PT y Convergencia, ahora gobernador electo, nada más en espera de su constancia de mayoría que en los próximos días le habrá de expedir el Instituto Electoral local.
Cinco, que aunque haya sido el último día de campaña política cuando el candidato del PAN haya declinado a favor de Aguirre Rivero, aún así, ello necesariamente tuvo un impacto político en el electorado indeciso que consecuentemente enfocó su mirada hacia él, hecho que le fue de utilidad al hacer más probable su triunfo.
Pero además de todo esto, le favoreció a Aguirre Rivero, el golpe demoledor y definitivo que la Procuraduría General de la República le asestó al candidato del PRI, Manuel Añorve, al acusarlo, también en el último día de campaña, de tener relaciones con el narcotráfico por haber recibido, supuestamente de él, la suma de quince millones de dólares. Circunstancia letal, porque en lo inmediato lo desacreditó socialmente y le derrumbó su imagen, sin que se pudiera defender de manera adecuada y de revertir el impacto negativo causado en su persona en tan solo tres días que faltaban para la realización de las votaciones.
Sin lugar a dudas la acusación de la PGR en contra de Añorve, fue el factor que inclinó la franja de los electores indecisos a votar por Aguirre Rivero. Sí, con ello le dieron la espalda a alguien que había sido acusado de tener vínculos con el narcotráfico, aún cuando todavía no se lo comprobaran, y quizá ni se lo lleguen a comprobar, pero el golpe electoral se dio y eso ya nadie se lo quita.
Esta es, en sí, la explicación lógica del alto porcentaje de alrededor de los 14 puntos con el que al final ganó Aguirre Rivero, que ni él, ni los operadores perredista daban crédito a esa enorme diferencia, pero que seguramente estarán de acuerdo en que fue la PGR la que jugó el papel más importante en todo el proceso electoral. Si de ello les queda alguna duda, que recuerden como bajaron también, con los mismos métodos, al candidato popular Greg Sánchez en Quintana Roo, pero que en aquella ocasión era impulsado por del PRD. Cuidado con este uso del poder abusivo en las contiendas políticas.
Pero, por qué los panistas hicieron uso de la PGR para que ganara en esta ocasión un candidato del PRD. Fácil, habrá de ser porque al perder Manuel Añorve minan la fuerza del PRI y de pasada le pegan al más avanzado prospecto al 2012 por virtud de la televisión, que es Enrique Peña Nieto.
De cualquier forma por la que haya ganado Aguirre Rivero, aquí queda en evidencia que el PRI del pasado, que pretenden que vuelva a ser el arrollador y aplastante, con sus multivariadas maneras de cometer cínicamente los fraudes electorales, para ponerlo en práctica en el 2012, ya no les es posible, la sociedad ha madurado y sabe bien decir su voto, por eso es que en el Estado de México los focos rojos se han prendido para Peña Nieto y para su partido.
Pálida tinta: Protección Civil del Distrito Federal continua en el muro de los lamentos, disque muy preocupados por que nada mas les faltan 1400 millones de pesos para poner a salvo a los capitalinos de los riesgos consustanciales de esta ciudad. Lo decepcionante es que cuando se les cuestiona específicamente en qué utilizarían tanto presupuesto no saben dar una explicación convincente, seguro es porque carecen de un programa general para esta entidad, y lo único con lo que pretenden justificar su petición es con la misma respuesta, que quieren hacer verificaciones a los establecimientos mercantiles, como si no existiera un instituto encargado de cubrir esa función; pero además, su argumento de siempre, que no tienen suficientes vehículos. Vaya que brillantes opciones para prevenir una contingencia o enfrentarla cuando ésta eventualmente se llegase hacer presente. Ni pensarlo.
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