El que con atole se quema… • Evidente y preocupante…

Opiniones y Comentarios
	Julio Ricardo Blanchet Cruz
13 diciembre 2010 jrbc@diariolibertad.org.mx
El que la marcha por la paz convocada el día de ayer domingo a las 10 de la mañana, por el propio Alcalde de Apatzingan, Genaro Guizar, haya terminado como una marcha en apoyo a “La Familia Michoacana”, es un hecho digno de analizarse detenidamente; pues mucho quiere decir del sentir ciudadano y de la presencia de un nuevo (nuevos) Chucho “El Roto”… “Nazario (refiriéndose al “Chayo” el líder de la organización que fue muerto hace unos días en una refriega con los desorganizados) siempre vivirás en nuestros corazones”… Decían algunas de las pancartas que portaban los que intervinieron en la marcha, de la que, como es lógico, hubo de desligarse posteriormente don Genaro, el Presidente Municipal… Pues en otras pancartas se leía claramente la leyenda “Viva la Familia Michoacana”; y en otras más exigían la salida de los militares y del Gobierno de Calderón de Michoacán, lo que ciertamente es preocupante… No porque vaya o pueda suceder, sino por la forma de pensar que habla de un rompimiento del Pacto Federal, mismo que don Felipe no respeta, pues finalmente ni avisa de los operativos y eso viola la Soberanía del Estado… El asunto no huele nada bien y es de esperarse que huela cada vez peor… Cambiando de tema… No es que sistemáticamente tenga uno que ser mal pensado, amables lectores, lo que sucede es que sistemáticamente nuestros honorables gobernantes se ven descubiertos en mentiras, compromisos y tapujos (Wiki Escándalos, podría decirse) por lo que casi necesariamente se tiene que sospechar de cosas turbias… Pero no se le vaya a ocurrir a nadie, que la matanza de este fin de semana en Tecalitlán, Jal. en la que murieron una docena de personas y muchas más resultaron heridas; y que nadie sabe a quién o qué atribuírsele pues hasta el momento no hay pistas claras… Es por causas religiosas, propiciando que los curas vaticanos, tan necesitados de publicidad, se digan agredidos por sus anacrónicos y aberrantes conceptos; se digan víctimas y se complique aún más el asunto del Estado Laico de la Patria que los religiosos no acaban de aceptar… Pues por aquellos lares y diciéndose agredidos, fue como comenzó la sangrienta Guerra Cristera, en la que en nombre de “Cristo Rey” le cortaban el cuello a cualquiera que no aceptara sus anacrónicas creencias… Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.