jueves, 25 de marzo de 2010

Calderón busca simpatías con datos alegres de economía


ECONOMÍA
Arma de doble filo



Ante la furia por la inseguridad, el Presidente pretende utilizar la recuperación económica para ganar simpatías. Sin embargo, el escepticismo social es grande y ello podría provocarle un efecto boomerang


La batería para pregonar aparentes buenas noticias está en marcha. Así, se aproxima una larga temporada caracterizada por la sistemática aparición de funcionarios que, sin rubor, soltarán cuentas alegres y presumirán que la actual administración ha hecho las cosas bien y que, a partir de ahora, soplan mejores vientos. El activismo ya está aquí.

De acuerdo con el análisis de los hechos recientes, donde se ha manifestado el franco cierre de filas del staff económico de la Presidencia de la República, los expertos consultados lanzan una hipótesis: que el desbordamiento de buenos pronósticos económicos lleva la encomienda de mejorar la imagen pública del calderonismo y, de paso, allanar el camino electoral para que el partido en el poder (PAN) pueda tener mejores armas para pelear en las elecciones estatales que se disputarán este año.

¿Esto qué significa? Que si hace unos días aparecieron en conferencia de prensa los secretarios Ernesto Cordero (Hacienda), Javier Lozano (Trabajo) y Gerardo Ruiz Mateos (Economía), y después el propio Felipe Calderón, para hablar de las “inmejorables” perspectivas para la economía interna, este mismo ejercicio se repetirá bajo el mismo formato, quizá con participantes distintos, pero con un guión muy similar.

Bajo estas consideraciones, los analistas políticos advierten que dicha estrategia podría ser un arma de doble filo y, entonces, sostienen que podría generar un efecto contrario al esperado, sobre todo porque los tiempos políticos se mueven bajo otros criterios y la percepción ciudadana hacia la figura presidencial –que hoy está a la baja– también podría ser un elemento que tire las aspiraciones oficiales.

De inicio, el analista político Federico Berrueto perfila tres lecturas del asunto: una electoral, una económica y otra que busca mejorar la imagen del Ejecutivo. Según su exposición, si el gobierno está apostando a inflar la “buena economía” para mejorar las expectativas electorales del PAN está cayendo en un error elemental que encierra tres razones: 1) En estos comicios se privilegiará el tema estatal, más allá del nacional. 2) El verdadero impacto de un buen desempeño económico tardaría en reflejarse en la mesa y bolsillos de los mexicanos. 3) Actualmente el tema que más preocupa a la gente es la inseguridad y un recrudecimiento generalizado de la violencia.

Como sea, el gobierno está pasando un mal rato en lo que toca a preferencias ciudadanas y por eso necesita un tanque de oxígeno. De acuerdo con la evaluación de gobierno realizada en febrero por Consulta Mitofsky, por cuarto trimestre consecutivo y acumulando una tendencia a la baja de 13 puntos porcentuales en un año, 53% de la población está de acuerdo con la forma de gobernar del presidente Calderón, pero su nivel de desaprobación se ubicó en 44%, al tiempo que su calificación, en una escala de 0 a 10, cayó hasta 6.4.

En esa misma línea, José Fernández Santillán, del ITESM Campus Ciudad de México, manifiesta: “La idea del gobierno es inspirar confianza, y eso podría contribuir a generar un mayor optimismo, pero es necesario pensar que aún queda un tramo largo de la actual administración en el que no puede comprometerse el capital político por una expectativa económica”.

Dicho esto, el calderonismo puede registrar un punto de inflexión que podría derivar en un salvavidas, frente a la crisis por las percepciones ciudadanas, o en un tiro de gracia, que podría confirmar el fin de sus días. La historia, por lo pronto, no favorece a la causa oficial. Carlos Salinas, a la mitad de su sexenio, gozaba de un alto 76% de aprobación pese a dos trimestres de caídas; mientras que Ernesto Zedillo lograba 56% revirtiendo la baja calificación de sus dos primeros años; finalmente Vicente Fox contaba con 54%, incluso un punto por encima de lo atribuido al mandatario actual.

Al respecto, el diputado federal Vidal Llerenas, del PRD, dice que esta medida, “eminentemente electoral”, se soporta en “la venta de un ambiente de recuperación irreal y en la exageración de expectativas”, ya que actualmente lo que hay es una recuperación muy incipiente. “Lo cierto es que por lo menos tomará un año regresar a los niveles obtenidos antes de la debacle global”.

Por su parte, Enrique Campos, comentarista económico de televisión, complementa: “Es prácticamente un hecho que cuando estén las cifras comparativas de esta parte del año, habrá una nueva conferencia de prensa del gabinete económico para lanzar las buenas noticias al aire. Y está bien, si algo le ha faltado al gobierno federal es comunicación, pero lo que no está bien es presentar una recuperación inercial, como el actual rebote económico”.

LA OTRA CARGADA

El partido que presume acariciar la Presidencia en 2012, el PRI, está al tanto de esta estrategia y, por eso, está decidido a lanzar una contraofensiva que le permita, por una parte, contrarrestar la andanada de declaraciones del calderonismo y, por la otra, presionar para empujar su propia agenda. Así las cosas, no se descarta que en breve haya más luces en el Poder Legislativo alrededor de varios asuntos que tienen la venia del tricolor, tales como aquel que promueve la transparencia en Banxico, una reforma laboral contraria a la oficial y otra que promueva la competencia.

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