Miguel León Portilla sonreía. Hablaba improvisando, como buen maestro que es.
Contaba que sus alumnos le preguntaban cómo es que con tanta riqueza natural en nuestro país estábamos tan mal. Entonces él les respondía: “Me da pena decirlo, andamos mal a veces por corruptos o por flojos.”
El presidente Felipe Calderón lo escuchaba. Lo mismo el secretario de Educación, Alonso Lujambio; la presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Consuelo Sáizar; el director del Canal 22, Jorge Volpi y poco más de un centenar de invitados congregados en el Museo Nacional de Antropología.
El motivo era el lanzamiento del proyecto “Discutamos México”. Se trata de 147 programas en total, en el que alrededor de 500 mexicanos “entablarán un vasto ejercicio de libertad crítica”, según palabras de la directora de Conaculta; y cuyas transmisiones iniciarán el próximo lunes 25 de enero por Canal 11 y a partir del miércoles 27 por Canal 22.
Y sí, Miguel León Portilla –el historiador, antropólogo, máxima autoridad en la filosofía náhuatl, autor de “La visión de los vencidos”- era la figura elegida fuera del aparato gubernamental de entre los historiadores, escritores y artistas, para el lanzamiento de “Discutamos México”.
-¿No es extraño que se elija a un especialista en el mundo indígena para estas conmemoraciones de la Independencia y la Revolución?-, pregunté a Miguel Limón Rojas, que ocupaba un lugar en la primera fila.
El ex secretario de Educación Pública rechazó la duda. Desde su perspectiva, los indígenas son el elemento fundamental de nuestra historia: “Es con quienes estamos en deuda”.
Desde el estrado, León Portilla –quien fue invitado a participar en el primer programa de la serie– se preguntaba si los programas sobre la historia de México serían “light”. Pero, según le había dicho la propia Consuelo Sáizar, no era el caso.
Varios de los asistentes sonrieron y se codearon al escuchar esto.
De cualquier modo, el antropólogo –hombre al que se ubica en el equipo de Enrique Krauze– pidió: “también critiquemos ¿eh?”
Felipe Calderón tomó la palabra. Y soltó: “México ya no es por fortuna un país donde impere como verdad única la verdad oficial ni donde las decisiones sean las del presidente únicamente.”
Era clara la referencia a lo que se conoce como “la verdad oficial”; es decir, la que creó el PRI.
Comentó asimismo que la intención de estos programas eran no sólo recordar las fechas del bicentenario del inicio de la lucha de independencia y de la Revolución, sino “de todo lo que hemos hecho”.
Advirtió que habrá posturas divergentes, que los diálogos serán intensos y apasionados. Pero que todo, todos, serían escuchados.
México, remató Calderón, “necesita de un debate abierto y franco”.
Eso es lo que se anunció. Ahora sólo falta ver si trata o no de una versión “light” de nuestra historia.
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