miércoles, 23 de diciembre de 2009

Mercados: tradición que languidece ante el autoservicio

Una tradición que ha perdurado a través de los siglos es la compra en mercados públicos, si bien en la última década esta práctica va perdiendo importancia debido a la proliferación de las grandes cadenas de autoservicio particularmente en los centros urbanos.

En la Ciudad de México, los mercados públicos datan de la época mexica cuando los grandes puertos ribereños como Chalco, Xochimilco, Texcoco, Azcapotzalco, Iztapalapa, entre otros, se habían convertido en plazas comerciales especializadas en determinadas mercancías.

Con la caída de Tenochtitlán, la actividad comercial se desplazó a la Plaza de Armas, concebida y trazada por el maestro de armas Alonso García Bravo. Allí se concentró el comercio en la época de la Colonia.

En la actualidad, existen poco más de 300 mercados públicos en el Distrito Federal, 84% de los cuales se ubican en colonias de condición marginal de acuerdo con la Secretaría de Desarrollo Económico del DF (Sedeco).

Los cerca de 70 mil locales, además de representar una fuente de ingresos y un espacio laboral para cada locatario, generan unos 12,500 empleos adicionales.

Pero…la mayoría de estos inmuebles se encuentran descuidados, algunos con alto riesgo de sucumbir ante un siniestro por no contar con la infraestructura adecuada para su existencia.

Como lo señala don José Flores, locatario de la verdulería, “La bonita”: “Este mercadito ya tiene muchos años pero, por desgracia, no ha contado con el apoyo de la delegación para mejorar las instalaciones; son tan viejas que en cualquier momento nos pegan un buen susto.”

El locatario continúa: “Poco a poco se ha perdido la costumbre de comprar en los mercaditos; ahora la gente se va a Wal-Mart y otras cadenas que nos han comido desde que llegaron a México. Por eso, muchos de nuestros representantes quieren ver la posibilidad de que ya no se construyan más de estos monstruos comerciales”.

Para la diputada local Alicia Téllez Sánchez, las grandes cadenas se han instalado incluso alrededor de estos centros de abasto, lo que “asfixia a los locatarios económicamente”; hecho que confirma Sedeco, al descubrir en su diagnóstico de mercados públicos de 2007 que el 78% de los inmuebles tiene en su cercanía a centros comerciales o bodegas.

Para la Sedeco, el abandono gubernamental por años derivó en instalaciones en pésimo estado, falta de modernización en los sistemas de cobro y una normatividad rebasada.

Tras haber realizado un diagnóstico de los mercados públicos de la Ciudad en 2007, la dependencia pudo identificar que la mayor parte de ellos, un 75%, presentan irregularidades graves en materia de protección civil, además de que la tercera parte de los cerca de 70 mil locales están abandonados o subutilizados. En 2008 Sedeco encontró irregularidades en 40% del padrón de locatarios.

Para Rafael Calderón, presidente de la Comisión de Abasto y Distribución de Alimentos de la ALDF, el abandono total de los mercados públicos se debe también al desvío de los recursos, como los autogenerados - en particular, del servicio de sanitarios - que en ocasiones no son declarados a la Secretaría de Finanzas del DF y son depositados en cuentas personales “por seudoconcesionarios que obtienen diariamente ganancias millonarias por este servicio”.

Gran parte de los mercados públicos en la ciudad de México fueron construidos hacia finales de los cincuenta por el entonces jefe del Departamento del DF, Ernesto P. Uruchurtu. El reglamento que rige a los mercados de hecho data de principios de los cincuenta, lo que ha llevado a sucesivas legislaturas locales a proponer la creación de una Ley de Mercados Públicos.

Se estima que en 2009, en términos generales, sólo se ha ejercido 30% del presupuesto para mercados públicos, lo que contribuye a que continúe el mal estado de estos lugares comerciales. Por ejemplo:

La delegación Cuajimalpa no ha realizado ningún movimiento en esta partida de 240 mil pesos. Azcapotzalco cuenta con 3 millones 637 mil pesos para apoyar a los mercados públicos y apenas ha gastado un 3%; Gustavo A. Madero tiene una partida de 59 millones 685 mil pesos, y sólo ha ejercido 7.3%; mientras que Álvaro Obregón tiene 10 millones 516 mil pesos, y apenas ha gastado 4.8% de los recursos, reveló Rafael Calderón.

De acuerdo con el asambleísta, las demarcaciones que más han usado esta partida para apoyar a los mercados son Benito Juárez, que recibió 299 mil pesos y ha ejercido 50%; Tláhuac, que obtuvo un presupuesto de un millón 147 mil pesos y ha utilizado 42%, y Venustiano Carranza, que con 2 millones 917 mil pesos lleva ejercido 46.4%.

Todavía hay población que continúa con la tradición de comprar su fruta, verdura y carne en estos lugares, que han sido la actividad económica de miles de familias en la ciudad. Habla un consumidor, la Sra. Jacinta Robles: “Yo siempre compro mi recaudo aquí porque me dejan escogerlo, a veces es un poco más caro pero ya sé que me sale bueno; además me queda cerquita de mi casa y no gasto en pasajes”.

En los primeros días de agosto algunos representantes de mercados públicos solicitaron la intervención del GDF para que impida la instalación de los monopolios comerciales en las inmediaciones de sus centros de trabajo, pues lo consideran “una competencia desleal”. Cabe señalar que este reclamo de los locatarios de mercados públicos no es novedad: data de hace cuarenta años.

Para contrarrestar esta incursión del comercio de autoservicio masivo, y atender las quejas de los locatarios, hace décadas que el GDF autorizó el establecimiento de “mercados sobre ruedas” que, en teoría, proporcionaban a los comerciantes tradicionales una oportunidad para “salir” de su local y llevar sus mercancías a los consumidores. Este mecanismo comercial sobrevive en múltiples calles de la ciudad, invadiendo temporalmente espacios públicos, bajo la protección de las autoridades y organismos políticos.

Por otro lado, al ver mermadas sus ventas, muchos locatarios de líneas tradicionales (fruta, verdura, carne, etcétera) se han ido transformando exitosamente en locales de alimentos preparados, pequeñas fondas – antojitos, pescados y mariscos – dentro y fuera de los mercados públicos.

Alicia Téllez planteó la posibilidad de que los vales y tarjetas de apoyo otorgadas por el GDF puedan utilizarse en estos centros de abasto popular.

Rafael Calderón, en cambio, planteó que se dictamine y apruebe la Ley de Mercados Públicos que no aprobó la pasada legislatura. También propone que en los mercados públicos se acepten las tarjetas de crédito o débito, siempre y cuando se aplique una baja comisión similar a la que se cobra en los grandes supermercados. Por último planteó que sean aceptados los vales de despensa.

La Cámara Nacional de Comercio en el DF propuso invertir en estos equipamientos y bridar capacitación a los locatarios.

El titular de Canaco DF de hecho consideró: "Sabemos que entre los 317 mercados, cerca de 260 tienen posibilidad de crecimiento; su estructura les permitiría construir un segundo y hasta un tercer piso y aquí podrían trasladarse gran parte de los ambulantes a ofrecer su mercancía".

También se propone incrementar los recursos destinados a mercados: mientras que en 2009 son 205 millones 800 mil pesos, para 2010 se espera canalizar 411 millones 600 mil pesos.

Este aparente incremento de recursos para mercados parece positivo sólo si se le compara con el monto destinado en 2009. Habrá que valorar si son los recursos que estos centros de abasto requieren para modernizarse y poder competir por atraer más consumidores.

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